jueves, 15 de noviembre de 2012

déjame


Vale, voy sonriendo por la calle como una idiota. ¿Y qué?

Hacía mucho que no pensaba en tí, y aquí estoy, paseando sin rumbo por Madrid. Recordando que me encanta patear sus calles, a media luz, observando a la gente que camina deprisa huyendo del frío, pensando en mis cosas, dejándome llevar a ninguna parte.

Y me vienes a la memoria, ahora que cada vez estás más lejos, y sé que no eres como imagino, que no eres quien me abraza y me susurra cuentos al oído para dormir, quien me sonríe al despertar, quien deambula de mi mano por la ciudad, quien esconde pequeñas sorpresas para mí. Pienso en tí en blanco y negro. En tu boca, perfecta, en las ganas que tengo de tocarte, de besarte, y en el vértigo que me da. Pienso en tí y sé que no lo eres, que nunca podrás serlo, que no querrías, aunque yo me empeñe en mantenerte a mi lado. Aunque sea incapaz de sacarte de mi cabeza.

Sigo caminando despacio, y sé que dentro de un momento me daré de bruces con la realidad. Pero es bonito por un instante.

Déjame a solas. Déjame seguir soñando despierta un poco más.