lunes, 23 de enero de 2012


Sí, ya sé que me dije que te iba a olvidar, y que esta vez sería la definitva. Pero ya sabes que hay promesas imposibles de cumplir. Porque te sigo viendo, y tu boca me pierde, te veo y solo pienso en morderte. Porque sigues siendo tú. Ya sé lo que dije, y sé que cada día lo olvido. Voy a dejar de mirarte, voy a ponerme mis cascos y a escuchar la música que tanto odias. Para ver si así te alejo de mí. Maldita sea tu sonrisa. Para ver si así desapareces de mi mundo. Subo el volúmen. Para ver si te borras de mi mente. Para ver si vuelan estos pájaros que tengo en la cabeza. Porque sigues siendo tú, y tú, no debes ser lo que yo quiero.



miércoles, 18 de enero de 2012

playa de invierno


Me acerco a la orilla, no puedo dejar de mirar el horizonte. Me tranquiliza, desde niña. Me gusta bajar hasta aquí y pasear sola por la playa. El sonido del mar me arrulla como una nana. Siempre me han gustado las playas en invierno. Tienen un punto triste y nostálgico. En mi cabeza las imagino en blanco y negro. Como si no estuvieran en el presente. Como si solo fueran recuerdos. Está vacía, aunque aún resuena el eco de risas bajo el sol. Pero si prestas atención solo se escucha el silencio, y como un rumor lejano, el ruido de las olas al chocar contra la arena. Siento la brisa helada revolviéndome el pelo y llenándome los labios de sal. Echo a andar, tarareando despacio, ya está anocheciendo, hace frío, es hora de volver a casa.

sábado, 7 de enero de 2012

nieve


Desde su ventana observa la calle. No parece invierno. El cielo está más azul que nunca, pero hace frío. Incluso el sol es frío. Todo parece lejano al otro lado de los cristales. Fuera está despejado, pero en su cabeza solo hay nubarrones. Se siente pequeña dentro de casa, se está quedando helada. Abre la ventana. No se escucha nada. Solo silencio. Cierra los ojos, se imagina que nieva. Es un día gris de invierno, después de la nevada. La calle está llena de niños tirándose bolas de nieve. Los abre de nuevo, pero no ha cambiado nada. No hay nadie. La ciudad está desierta. Solo se ven las sombras de los edificios, que cada vez son más alargadas. Pronto se hará de noche. Ha perdido otro día sin darse cuenta.