lunes, 31 de diciembre de 2012

finales


Ya es 31. Se supone que es momento de mirar hacia atrás, hacer balance, y pensar en un par de propósitos para 2013, ya sabéis: hacer deporte, aprender otro idioma, ponerse a dieta y tener mejor humor.

Pero no, ya que no se ha acabado el mundo, no voy a terminar el año mintiéndome tan descaradamente, con promesas que sé que no voy a cumplir. Habrá muchos cambios, yo solo espero ver todo un poco menos desdibujado, dejar atrás unos cuantos miedos y evitar que todo empiece a darme igual; ser capaz de distinguir lo que realmente importa, descubrir qué estoy buscando, respirar hondo y seguir hacia delante.

Y ahora, déjate de tonterías, nunca me gustaron las despedidas, ni los finales tristes, porque cada final es también un nuevo comienzo, así que vámonos a tomar unas cañas y a gritar muy alto en la San Silvestre, que es la mejor manera de cerrar un año.


sábado, 8 de diciembre de 2012

diciembre


Ya es diciembre. Otra vez. Caminas por el centro abarrotado, rodeada por la multitud que invade una ciudad helada y más bonita que de costumbre, con todas esas pequeñas luces. Y esta noche tú te sientes más sola que nunca. Año tras año te vas dando cuenta de que cada vez es más difícil, de que cada vez estás más lejos de lo que habías imaginado, y de que cada vez el tiempo pasa más deprisa. Y tú estás parada ante el abismo, mirando a los ojos a la nada, y sintiendo un vértigo que te da náuseas. Y sabes que hay mucha gente que te rodea, pero no es suficiente, no cuando sientes este vacío y este frío dentro, cuando estás cansada de buscar, y no encuentras nadie porque la única que está perdida eres tú.
Es diciembre de nuevo, y sigue haciendo el mísmo frío de siempre.


sábado, 1 de diciembre de 2012

adiós.


Debe ser que soy un poco cabezota, porque mira que me ha costado, pero ya sabes lo que dicen, mejor tarde que nunca.

Es triste darse cuenta, mirar hacia atrás, echar un ojo a todo el tiempo perdido. Todas mis pequeñas ilusiones hechas añicos. Ver por fin que nunca podrás ser lo que imagino. ¿Acaso sé lo que quiero? No, en realidad no lo sé, pero sé que no eres tú. Tal vez sea lo único que ahora mísmo tengo claro. Sé que no me merece la pena, que estoy harta de darme de cabezazos contra la pared para nada. Que es un bucle innecesario. Que es un punto de no retorno, que estoy atrapada.

Ya sé que no vas a salir de mi cabeza en este momento, pero solo espero que con el tiempo te vayas diluyendo en el olvido. Porque en definitiva, qué más te da todo esto. Lo leerás con una sonrisa, y pensarás que te da igual. Que todo lo que digo te es ajeno. Y efectivamente, en eso se resume toda la historia: no sabes cómo pero terminas siendo nada, para alguien que para tí podría serlo todo. Adiós, buen viaje y buena suerte, quizás volvamos a encontrarnos en el camino.