sábado, 30 de abril de 2011

otro día más


Estoy sentada en las escaleras, bajo el sol de mediodía, jugando con el más pequeño de los cachorros color canela. Hace calor, ya es primavera. A lo lejos, se oye música desde una radio, y en el aire flota el olor del bizcocho recién hecho. Cierro los ojos para sentir el calor del sol sobre los párpados. Todo es casi perfecto. Pero ni aún aquí puedo dejar de pensar en tí, en cómo sería si estuvieras aquí. En que te echo de menos, en que te has metido en mi cabeza, en que ocupas mis pensamientos. Pero basta ya, déjate de tonterías, vamos a comer, que se hace tarde.

jueves, 21 de abril de 2011

melancolía



Me ves triste, y te preocupas. Se me hace raro, que estés tan pendiente. Precisamente ahora, cuando más sola y agobiada me encuentro. No sé lo que me pasa, no puedo darte una explicación. Y sé que no lo entiendes. Me encantaría decirte que sí, que necesito que me ayudes, que quiero tomar la mano que me tiendes y salir de este absurdo. Que quiero dejar de sentirme así. Que quiero dejar de deambular como un espectro y recuperar el tiempo perdido. Que quiero que te quedes aquí conmigo. Que me encantaría volver a empezar. Pero no puedo. No tengo ningún derecho a pedirte nada. Solo puedo darte las gracias, por demostrarme que estás ahí.

martes, 19 de abril de 2011

malos presagios


Muchas veces pienso que es imposible. Que cada vez que parece que las cosas van bien, siempre pasa algo para que se trunquen. Que esa felicidad que buscamos es una quimera inalcanzable, que no existe. Que está vetada. Que la mala suerte nos persigue. Que nunca podré encontrar nadie con quien compartir nada. Que no hay nada más allá, nada por lo que merezca la pena luchar.

Es imposible. Y me dejo caer en el vacío, me abandono, me pierdo. Ahora estoy demasiado lejos, no recuerdo cómo he llegado hasta aquí, no sé cómo volver. No quiero echar la vista atrás.

Hoy ha amanecido nublado. Lleva mucho tiempo en calma. Se avecina una tormenta.

viernes, 8 de abril de 2011

descuido


Qué mal lo hiciste. Con lo fácil que es. Con lo sencillo que es llamar e inventarte una excusa. En vez de hacerlo complicado y seguir el juego, hasta que no tiene remedio. Con lo fácil que hubiera sido simplemente aplazarlo, sin necesidad de mentir, ya sabes, que lo que se va dejando, termina por perderse en el olvido, sin culpables, sin rencores, simplemente es un descuido.

martes, 5 de abril de 2011

perdida


¿En qué momento lo perdiste? Echa la vista atrás. No puedes volver allí. El pasado es como una puerta que se cierra tras tus pasos. Nunca puedes volver. Aunque te gires, no logras distinguir nada en la oscuridad. Solo vagos recuerdos, que se pierden en tu memoria. ¿Cuándo te perdiste? ¿Cómo has llegado a ser lo que eres? ¿Por qué abandonaste tan fácilmente? Cierra los ojos. Detente. No por ello dejará de moverse a tu alrededor. Solo tú estás quieta. Aún así sientes vértigo. Todo va demasiado deprisa. Solo tú estás perdida. No sabes qué hacer. Te van a alcanzar. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo te han encontrado? ¿En qué momento te dejaste arrastrar hacia el abismo? Respira. Abre los ojos. ¿Hay algo más allá?