Estoy sentada en las escaleras, bajo el sol de mediodía, jugando con el más pequeño de los cachorros color canela. Hace calor, ya es primavera. A lo lejos, se oye música desde una radio, y en el aire flota el olor del bizcocho recién hecho. Cierro los ojos para sentir el calor del sol sobre los párpados. Todo es casi perfecto. Pero ni aún aquí puedo dejar de pensar en tí, en cómo sería si estuvieras aquí. En que te echo de menos, en que te has metido en mi cabeza, en que ocupas mis pensamientos. Pero basta ya, déjate de tonterías, vamos a comer, que se hace tarde.
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