Aquellas luces intermitentes no presagiaban nada bueno. Las ví nada más cruzar el pasillo. Parpadeó un par de veces, con una lentitud agónica e hizo click. Se acabó. Entre en la cocina, lo miré con tristeza y le dí el último adiós. El frigorífico ha muerto, dije a media voz sobre el silencio. Abrí la puerta del congelador y saqué al pingüino. Tendremos que buscarte otro sitio, pequeño. Menos mal que se acerca el invierno. Deshice un poco de hielo entre los dedos, y cerré de nuevo. Han sido muchos años juntos, te echaremos de menos.
martes, 27 de septiembre de 2011
nevera
Aquellas luces intermitentes no presagiaban nada bueno. Las ví nada más cruzar el pasillo. Parpadeó un par de veces, con una lentitud agónica e hizo click. Se acabó. Entre en la cocina, lo miré con tristeza y le dí el último adiós. El frigorífico ha muerto, dije a media voz sobre el silencio. Abrí la puerta del congelador y saqué al pingüino. Tendremos que buscarte otro sitio, pequeño. Menos mal que se acerca el invierno. Deshice un poco de hielo entre los dedos, y cerré de nuevo. Han sido muchos años juntos, te echaremos de menos.
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