sábado, 27 de agosto de 2011

distancia


¿Recuerdas la escena de Tesis en que los protagonistas se ven el uno al otro a través de la música que escucha cada uno? Es igual que ahora, para mí suenas con la banda sonora de Azuloscurocasinegro, con la música dulce de Pascal Gaigne, y a juzgar por cómo sigues el ritmo de la música, yo estoy para tí envuelta en sonidos estridentes. Sonrío. Qué tontería acordarme de esto. Simplemente me ha venido a la cabeza como un flash. Te miro de nuevo, ajeno a todo lo que pienso. Y ya no sé si esto es amor, o deseo, o morbosa curiosidad, o simplemente, nada. Cierro los ojos un instante, sumergiéndome en la música tranquila. Pese a la mínima distancia física que nos separa, estás lejísimos. Al contrario que ellos en la película, nuestras dos visiones son un abismo infranqueable, mundos de desencuentros, universos paralelos que nunca podrán converger en un mísmo punto. Un tú y un yo que jamás serán un nosotros.

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