lunes, 30 de noviembre de 2009

muñeca de trapo


No es la muñeca más bonita. No tiene una preciosa cara blanca de porcelana. Ni tiene unos bonitos ojos verdes de cristal. Ni una boquita pintada de color rosa. Pero es tu muñeca preferida. Esa pequeña muñeca de trapo. Está ya un poco vieja, con su pelo de lana deshilachado, sus coloretes difuminados y sus ojos tristes pintados sobre la tela. Tal vez no sea la muñeca más bonita, pero es la que más quieres. Es el juguete que nunca podrás olvidar. Cada vez que juegas con esa muñeca, despiertas recuerdos. Cada vez que te sientes sola, te refugias en este pequeño pedazo de tela. Cada vez que miras esa muñeca, echas un vistazo hacia atrás en el camino. Cada vez que la encuentras, sabes quién está contigo. Cada vez que la ves, sabes que tendrás algo que echar de menos.

1 comentario:

  1. Y es que el tiempo, poco a poco deshace a la muñeca, sin embargo el mismo tiempo, la hace más especial y más perfecta dentro de tu mente. Ironías del tiempo y la relatividad

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