Cuanto daño han hecho las películas de amor. Ni yo soy una de esas protagonistas idílicas y edulcoradas, ni tú serás un perfecto caballero errante. No habrá momento mágico de cruce de miradas, ni surgirán chispas. No habrá música empalagosa ni palabras recubiertas de algodón de azúcar. No nos perderemos entre una nube de pétalos rosas, ni nos rodeará una multitud de pequeños corazones. No habrá nada de esto. Porque nuestra realidad es gris. Nos encontraremos en un espacio perdido, y a fuerza de vernos, nos acostumbraremos el uno al otro. Pasarán los días y sin fuegos artificiales ni alfombras rojas, nos enredaremos en un futuro incierto. Nos dejaremos llevar por la corriente, sin rumbo, hasta amanecer dormidos en la orilla del desastre. Porque esto no es ninguna película, ni tampoco un sueño, sino un lugar sin nombre donde solo se puede vivir anclado en los recuerdos, de lo que pudo haber sido, pero no fue. De lo que pudimos haber vivido, y sin embargo, echamos a perder. Esto es solo un texto desdibujado, un pedazo de papel en blanco lleno de garabatos sin sentido.
Sencillamente genial, casi duele de lo fantástico que es..
ResponderEliminar