Siempre tuve mucho miedo de perderlos. Los vigilaba con cuidado, pero sabía que algún día se me escaparían de las manos. Miraba constantemente hacia atrás, por si alguien quería robarmelos. Eran lo único que me anclaba al pasado. Tropecé con mis propios pasos y salieron volando. Siempre tuve mucho miedo de perder los recuerdos. De que al hacerlo se borraran fragmentos de mi existencia, de que desapareciera para siempre lo que había sido. Por eso acumulaba viejas fotografías descoloridas y palabras que alguna vez había oído. Bajo llave, un tesoro perdido. Pero ahora ya no sé dónde están. Se perdieron en el olvido, ya no queda nada. Solo el vacío.
lunes, 26 de abril de 2010
recuerdos
Siempre tuve mucho miedo de perderlos. Los vigilaba con cuidado, pero sabía que algún día se me escaparían de las manos. Miraba constantemente hacia atrás, por si alguien quería robarmelos. Eran lo único que me anclaba al pasado. Tropecé con mis propios pasos y salieron volando. Siempre tuve mucho miedo de perder los recuerdos. De que al hacerlo se borraran fragmentos de mi existencia, de que desapareciera para siempre lo que había sido. Por eso acumulaba viejas fotografías descoloridas y palabras que alguna vez había oído. Bajo llave, un tesoro perdido. Pero ahora ya no sé dónde están. Se perdieron en el olvido, ya no queda nada. Solo el vacío.
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Perderlos muchos de los recuerdos, es en parte como olvidarnos de esa chica que pasa de nosotros, sería lo más cómodo lo más fácil, pero no queremos, a veces somos unos malditos adictos a la melancolía
ResponderEliminarUffff eso me recuerda a demasiadas cosas que ni puedo comentar...
ResponderEliminary no digas tontás! si fuera un palo de mail o algo que me hubiera tomado a mal, no lo tendría guardado...
A veces todos necesitamos que alguien tenga un ataque de impulsividad hacia nosotros