martes, 27 de julio de 2010

a destiempo


- Is this the ear you can't hear on?
(whispering in his bad ear)
- I'll love you 'til the day I die.

Son solo un par de palabras más, tal vez sin importancia.
Son simplemente una combinación de sílabas, de sonidos.
Una sucesión de letras con un significado totalmente arbitrario.
Tal vez sin sentido alguno.
Sin embargo, puede ser un “te quiero” a destiempo, el principio de la catástrofe.
Por eso, ahora, no me atrevo a decírtelo.

domingo, 25 de julio de 2010

space invaders


Desde pequeña he temido una invasión extraterrestre. Cuando se hacía de noche, evitaba mirar al exterior a través de las ventanas, para no ver lo que más temía. Bajo ninguna circunstancia quería ser la primera terrícola en ver aterrizar a esos seres provenientes de otros mundos, y que la responsabilidad de avisar a todo el planeta recayera sobre mí. A veces, cuando con una mezcla de miedo y curiosidad pegaba la cara al cristal creía ver una luz cuyo destello era más intenso que el de las demás estrellas, e incluso unos enormes platillos volantes que surcaban el cielo. Desde entonces en muchas situaciones tengo dificultad para diferenciar lo que es real y lo que no, mezclo lo que estoy imaginando en mi cabeza con lo que está ocurriendo en la realidad y pasado el tiempo me cuesta separarlo en mis recuerdos. Muchas noches, me acostaba con el temor de que se materializaran en mi cuarto unos invasores venidos del espacio dispuestos a llevarme lejos de mi hogar. Otras veces, me despertaba sobresaltada creyendo ver por las rendijas de la persiana, una luz verde fluorescente, claro signo de la devastación que en ese preciso instante estaba teniendo lugar más allá de las paredes de mi casa. Al final creo que nunca llegó a pasar nada, aunque ciertas lagunas mentales me hacen sospechar que tal vez no debería estar muy segura sobre este punto. Solo sé que ahora, aunque hace muchos años de todo aquello, procuro encender las luces de la casa al anochecer, para que la luz de dentro no me deje atisbar ni el más mínimo movimiento de lo que sucede más allá, de lo que está ocurriendo ahí fuera.

miércoles, 21 de julio de 2010

playa


Deslizo el dedo por tu espalda. Tu piel está cubierta de pequeñas gotas de agua que reflejan el sol. Estás dormido sobre la arena. Pasaría horas contemplándote en silencio, recorriendo cada centímetro de tu piel. Memorizando cada uno de sus recovecos, para luego rescatarlos del olvido cuando esté sola. Te despiertas. Te giras hacia mí y me contemplas despacio. Enredas tus dedos en mi pelo mojado. Tus labios saben a salitre. Se detiene el tiempo en un instante. En este momento, me quedaría toda la eternidad perdida en esta playa.

sábado, 10 de julio de 2010

besos robados


En un descuido, cuando ninguno mira, dejas de hablar, y en silencio me guiñas un ojo, disimulas y te acercas a mí. Me das un beso rápido. Es tan solo un instante, nadie se ha dado cuenta. Todo sigue igual, como si nada hubiera pasado. Una sonrisa me ilumina el día. Es nuestro pequeño secreto, compartir besos robados.

lunes, 5 de julio de 2010

pequeños detalles


Y descubrir de nuevo esas pequeños detalles que desde fuera pueden parecer absurdos, intranscendentes, pero que hacen que todo cobre sentido. Una nota escrita en el espejo, un dibujo en el vaho del cristal, un sms a deshoras, un gesto cómplice en el momento exacto, un mensaje que se puede leer entre líneas, una sonrisa, una mirada… un juego entre dos, donde nadie gana ni pierde, es un empate perpetuo, donde lo importante no es ganar, sino querer jugar.
Sin embargo, jugar nunca se me dió demasiado bien, nunca me interesó demasiado el juego, y ahora me arrepiento. Porque es sencillamente precioso que alguien se preocupe de crear casualidades para tí, y eso no se puede dejar pasar.
Sería demasiado estúpido hacerlo.