miércoles, 21 de julio de 2010

playa


Deslizo el dedo por tu espalda. Tu piel está cubierta de pequeñas gotas de agua que reflejan el sol. Estás dormido sobre la arena. Pasaría horas contemplándote en silencio, recorriendo cada centímetro de tu piel. Memorizando cada uno de sus recovecos, para luego rescatarlos del olvido cuando esté sola. Te despiertas. Te giras hacia mí y me contemplas despacio. Enredas tus dedos en mi pelo mojado. Tus labios saben a salitre. Se detiene el tiempo en un instante. En este momento, me quedaría toda la eternidad perdida en esta playa.

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