sábado, 7 de mayo de 2011

mírame


Todo está bien, te digo.
Sí, pero mírame a los ojos, me respondes.

Mírame. Qué fácil. Pero cómo decirte que se me va la vista de tus ojos a tus labios, que me pierden, que no puedo sostenerte la mirada sin sonrojarme, que me muero por acercarme a tí y darte un beso.

No te digo nada de esto. Solo te sonrío en silencio, y así, se pasa el tiempo.

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