Despertarse-levantarse-ducharse-desayunar-metro-oficina-teléfono-ordenador-comer-oficina-calle-lluvia-casa-cenar-televisión-leer-no dormir-insomnio-dormir-pesadillas-despertador-levantarse-ducharse-desayunar-metro-oficina-ordenador-tupper-ordenador-ordenador-calle-bus-casa-cenar-dormir-despertador-me estoy perdiendo algo-no puede existir solo este vacío.-levantarse-vértigo-café-cerrar los ojos-abismo-metro-oficina-agobio-calle-gente-contar hasta cien-casa-cenar chocolate-apagar la tele-dormir-no pensar en nada-dormir-despertador.
domingo, 20 de noviembre de 2011
bucle
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lunes, 14 de noviembre de 2011
despiertos
Hoy he vuelto a soñar contigo. Aunque no eres tú como eres en realidad, como te veo cada día, sino como eres en sueños. Pero siento que eres tú. Últimamente sueño con manos. Con tus manos, que tampoco son las tuyas, pero yo sé que son tus manos en mi sueño. Y sueño solamente que te busco con locura, que ansío desesperadamente tocar tu piel, que recorro tu cuerpo, hasta encontrarte, entrelazar los dedos, sentir el calor de tus manos, tus caricias, tus besos. Pero sobre todo, tus manos. Solo puedo dormir sintiendo mis dedos helados entre tus manos. Y entonces me despierto sobresaltada. Me incorporo en la cama, agitada, y abro los ojos en la oscuridad. Hace frío en la habitación. El viento se cuela por la ventana. Me despierto para descubrir que no estás allí otro amanecer más. Que estoy sola, que solo siento bajo mi piel el tacto gélido de las sábanas.
jueves, 10 de noviembre de 2011
fragmentos de espejo
Quita el vaho lentamente con el dorso de la mano y se observa en el espejo. Detesta la imagen que le devuelve su reflejo. Cada vez que se mira le entran ganas de llorar. Nunca podrá ser perfecta, como esas chicas que salen en las revistas, como esas que ve por la calle. Odia mirarse en los espejos. Pero más le vale acostumbrarse, porque solo tiene esta vida. Aunque qué más da. Puede fingir que lo que no ve no existe, y no mirarse nunca más en ningún reflejo. Puede olvidarse de que tiene un cuerpo, y vagar por la casa como un espectro. Pero ahora, delante de este espejo, solo quiere llorar. Y las lágrimas le inundan los ojos, resbalando por sus mejillas, metiéndosele por la nariz, mezclándose con las gotas de agua de su pelo mojado. Las lágrimas distorsionan su reflejo, hasta hacerlo borroso, irreconocible. Se mira fijamente a los ojos reflejado, se muerde un labio y llena de ira da un puñetazo al espejo, que se quiebra en mil pedazos. Ahora su reflejo se ha multiplicado. Millones de ojos tristes la observan desde el otro lado. Genial. Ahora no solo tendrá siete años de mala suerte, sino también, una mano vendada y una historia que inventar.
sábado, 5 de noviembre de 2011
ojos
No suele mirar a los ojos de la gente, es algo que a él le pone muy nervioso. Es incapaz de sostenerle la mirada, sus ojos se van irremediablemente a sus labios, mientras habla. Es incapaz de mirarle a los ojos, porque sabe que si lo hace caerá en el abismo. Sabe que entonces él podrá leer dentro de su cabeza. Sabe que podrá saber lo que siente. Entonces se romperá la barrera de hielo que la protege. Y eso es lo último que ella quiere.
jueves, 3 de noviembre de 2011
miércoles
"No sabes nada, Jon Nieve". Esto es lo que se me viene ahora mísmo a la cabeza. Reflexiones/ficciones de un miércoles perdido.
Y quien dice este nombre, dice cualquier otro, puede sustituirlo por muchos otros, por casi cualquier nombre. El tuyo por ejemplo. O el mío. Aunque ni tú vistes de negro ni yo soy una salvaje pelirroja.
Y es que llegados a este punto solo quedan dos opciones.
- Opción A. Asaltarte un lunes por la mañana frente a la máquina de café, y que sea lo que Dios quiera, porque esto es un sinvivir, y no puedo soportar más esta situación.
(Es una opción altamente inviable, aún me queda una pizca de dignidad)
- Opción B. Olvidarte, olvidarte mucho, olvidarte para siempre, porque sé que esto no tiene ni pies ni cabeza, ni saldría bien ni podría soportarte.
(Y aunque siempre es difícil cerrar una puerta, sin guardar una llave en el bolsillo, esta es la opción más razonable)
Y esto es lo que vengo pensando bajo la lluvia, un miércoles cualquiera.
Y como estoy entre triste y de mala hostia, me he dado un pequeño capricho, unos muñequitos siniestros que llevaba tiempo buscando. También un khol waterproof, y una tableta de chocolate negro. Para que al menos las últimas lágrimas no sean góticas y tengan un final dulce. Para que así, decidir, me cueste un poco menos.
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