Con tan solo un gesto, una palabra de hastío. Me has hecho sentir tan pequeña, tan insignificante. Has hecho que en una fracción de segundo se desvanezcan las ilusiones que había depositado en tí, y todo parezca carecer de sentido. Contengo las lágrimas. Me muerdo con fuerza el labio, hasta notar el sabor intenso de la sangre. Me has convertido en nada para tí, y la nada, ahora duele como el más profundo de los vacíos. Con un solo gesto, una única palabra. Una pregunta que permanecerá en mi recuerdo, pero que tú, mañana, olvidarás haber pronunciado.
Lo que tienen las perspectivas, los macros y el zoom sentimental, que a veces ni con toda la empatía del mundo se da uno cuenta de lo que hace o deshace
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