sábado, 16 de octubre de 2010

on the rocks


Te acercas el cigarro despacio a los labios. Entrecierras los ojos a causa del humo. Con mirada vidriosa me observas desde el otro lado de la sala. Flashback. La imagen es en blanco y negro. Eres un contrabandista de los años 50, uno de esos tipos duros que se dedican a negocios turbios y pasan la noche en vela, bebiendo whisky acodados en la barra de cualquier antro de lujo. Una rubia exuberante, con un vestido ajustado y unos guantes rojos canta en el escenario, arropada por la música del piano. Yo estoy apoyada en la barra, conversando con el camarero y bebiendo ginebra. Todo sucede a camara lenta, una nota discordante, un portazo, se quiebra la voz de la rubia, un par de tipos invaden el local, el vaso se vuelca, y los hielos se derraman con estruendo de cristales rotos. Vuelvo. Te arrastro hacia la puerta. Esto es una despedida. Creo que este es el principio de una gran amistad, le comentas al camarero. Siempre nos quedará el barrio, te respondo. Vámonos, anda, que ya es tarde.

2 comentarios:

  1. Una historia con clase...que distinto sería una versión actual eh? Discotecas, policias redadas y ron cola xD

    El pasado suele parecer más bonito, pero esta vez lo hace en todas sus dimensiones

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  2. perdería todo el glamour, sin duda!

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