Sigo tu voz en la oscuridad. No puedo ver nada, avanzo a tientas, pisando con cuidado. La adrenalina hace que se agudicen los sentidos. Se me acelera el pulso, noto cómo late deprisa en las muñecas, cómo palpita en la sien. Sigo tus palabras, que me guían dentro del laberinto. Oigo tu respiración cerca, sigue hablando, no me dejes. Aunque sepa que tus palabras se perderán entre el ruido, que caerán en el olvido. Cada vez estás más cerca. Oigo tus pasos sobre el silencio. Ahora estás aquí a mi lado. No puedo verte. Susúrrame al oído. Siento tus manos recorriendo mi cuerpo. Tus dedos gélidos que se enredan entre mi pelo. Tus palabras que me envuelven entre sueños. Pero sé que que te estoy perdiendo, que tus palabras se están convirtiendo en sonidos vacíos. Que cada vez te siento más lejos.
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