Odio los días en que te quedas mirándome así, creo que sin darte cuenta, porque me dan ganas de comerte a besos, porque sé que esto es el principio de no poder olvidarte, de empezar a echarte de menos, de querer más.
Prefiero los días en que me das cualquier pequeña excusa para odiarte sin motivo, porque te puedo mantener fuera de mi cabeza, te siento lejos, te pierdo en el olvido.
Son días menos tristes, días en los que apenas pienso en tí.
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