Me gustan tus ojos. Siempre me ha fascinado la manera en que me miras. Entornas los ojos, y me observas curioso. Me quedo muy quieta, sientiendo cómo tu mirada recorre despacio todo mi cuerpo. Se detiene. Nuestras miradas se entrelazan un instante. Pero no dura mucho. En seguida desvío la mirada, tímida. Me perdería durante horas en esos ojos azules, sumergida en sus aguas tranquilas. Me encanta cómo me miras. Cada una de tus miradas es una caricia en la distancia. Cierro los ojos, conteniendo el aliento. Cada vez que me miras, se para el tiempo.
Me encanta, es tan simple pero a la vez tan completo...
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