martes, 18 de mayo de 2010

blanco


Blanco. Todo es blanco a mi alrededor. Extiendo la mano sobre la pared. La recorro lentamente. No hay ni una sola imperfección. Toda su superficie es perfectamente lisa y blanca. Las esquinas son redondeadas, y la luz es tenue. Hace frío. Me arrodillo y me siento en el suelo helado. Todo es blanco. Tan blanco que apenas puede distinguir la línea que separa el suelo de las paredes y el techo. Los márgenes se difuminan y empiezo a perder la noción del tiempo y del espacio. Me siento desorientada. Cierro los ojos y sigo sintiendo el blanco dentro de mi cabeza. La claridad nívea no me deja pensar. Intento concentrarme, pero no soy capaz de llenar el vacío de esta blancura. Me miro las manos, toco cada uno de mis dedos. Apenas reconozco su contorno, no puedo distinguir su forma. Cada vez se van haciendo más blancos. Hasta casi desaparecer. Me miro asustada. Ya no puedo verme. Me estoy fundiendo con las paredes. Palidezco. Me estoy convirtiendo en puro blanco.

2 comentarios:

  1. Dicen que es malo que te trague la oscuridad, pero que te trague la luminosidad tampoco debe ser muy agradable

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  2. seguro que no Raven! debe ser el preludio de la locura...

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