Nos miramos como dos extraños. Tu gesto indica que no reconoces mis facciones, que soy un completo desconocido para tí. Te revuelves en tu asiento incómoda, y me sonríes de manera cortés, como harías con cualquiera que te encontraras. Como harías con cualquiera que se cruzara un instante en tu camino. Todo se me hace tan raro. Desde el accidente soy para tí una persona ajena. O no. Ahora tus ojos reflejan la frialdad de un glaciar. No ha sucedido ninguna tragedia. Simplemente un día decidiste sacarme de tu vida. No hay más explicación que ésta: en un momento decidiste borrarme de tu memoria. Y ahora todo lo que tenga que ver conmigo, te es absolutamente indiferente.
domingo, 27 de marzo de 2011
martes, 22 de marzo de 2011
confesiones
Caminamos por la calle a una distancia prudencial. Nuestros brazos ni siquiera se rozan con el movimiento. Hablamos, la conversación es banal. Cae la noche. Comienzan a encenderse las farolas, tiñendo la calle de una luz anaranjada y espectral. Ya no sabemos qué decir. El silencio se instala entre nosotros. Miramos hacia el suelo, vigilando nuestros propios pasos.
- ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
Te detienes y te giras hacia mí. Pero yo sigo caminando hacia delante. Tras unos segundos, me sigues con pasos rápidos. Llegamos al cruce donde se separan nuestros caminos. Ni siquiera me miras a los ojos, solo haces un breve gesto con la mano.
- Adiós.
- Hasta mañana.
Y me alejo, caminando deprisa, ligera, intentando reprimir una sonrisa.
- ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
Te detienes y te giras hacia mí. Pero yo sigo caminando hacia delante. Tras unos segundos, me sigues con pasos rápidos. Llegamos al cruce donde se separan nuestros caminos. Ni siquiera me miras a los ojos, solo haces un breve gesto con la mano.
- Adiós.
- Hasta mañana.
Y me alejo, caminando deprisa, ligera, intentando reprimir una sonrisa.
domingo, 20 de marzo de 2011
espera
¿Sabes? Me siento tremendamente sola. Te echo de menos aquí. Aún estoy esperando que vuelvas. No puedo creer que aquel hasta luego pudiera ser un adiós definitivo. No puedo creer que no vaya a verte más, a oir tu voz, a tocar tu piel. No es posible que esto termine así. Vuelve. Me voy a dormir, pero vuelve. Vuelve que yo te espero aquí, que yo te dejo un hueco entre mis sábanas esta mañana.
martes, 15 de marzo de 2011
ensayos
Nunca se me dio bien disimular. A veces pienso que mi cara es como un cristal transparente, y se ve todo lo que me pasa por la cabeza. Se me nota si estoy de mal humor, si pienso que eres imbécil, si no entiendo nada de lo que me estás diciendo, si te pegaría un grito o si en este momento muero por tocarte y besar tus labios. Tanta sinceridad es innecesaria. Es un obstáculo para unas relaciones sociales normalizadas. A veces muestra totalmente lo contrario de lo que quiero. Esto es así, es inevitable. Voy a tener que ir ensayando esto de fingir...
sábado, 12 de marzo de 2011
vacío
Me encuentro fatal. Me miro al espejo y me veo horrible. Me siento pequeña, diminuta, tan insignificante. Tan inútil. Siento que no avanzo, que estoy estancada, que sigo en el mísmo punto que hace diez años. Que nada ha cambiado, que el tiempo se ha detenido en medio de ninguna parte.
Estoy triste, irascible, insoportable. Lo detesto, porque cada vez me cuesta más levantarme y afrontar otro día más. Sé que no lo estoy haciendo bien, que siempre lo termino pagando con quien menos culpa tiene, que cada vez va a peor. Que me estoy convirtiendo en una amargada, en alguien que destruye todo lo que toca.
martes, 8 de marzo de 2011
diógenes
Me da pena tirar las cosas. Soy más de acumular. También soy mucho de trasladar las cosas de sitio. De la mesa al cajón, del cajón al armario, del armario al trastero, y de ahí a la casa del pueblo.
Los libros del colegio, los exámenes de selectividad, los apuntes de la facultad. El router viejo, montañas de papeles a medio usar con una cara en blanco, recortes de artículos de periódicos, el walkman, las cintas en beta y VHS que ya no puedo ver. Las postales que me envías en cada uno de tus viajes, los libros que nunca comencé a leer. Los zapatos que me puse una única vez y que me hicieron daño, la ropa que hace tiempo que no uso, pero ya se ha pasado de moda. Unas orejas de duende del último disfraz de carnavales, un reloj que se ha parado en las 3:25, el folioscopio que me regalaste aquel día, una brújula que ya no marca el norte.
Me da miedo deshacerme de todos estos objetos, perderlos en el olvido y borrar de mi memoria parte del pasado. Veo en las noticias la gente con síndrome de Diógenes y me da pánico. Me aterroriza la idea de llegar a ese punto.
Me da pavor pensar que este desorden se extiende a todas las áreas de mi vida, que mi propia cabeza se esté convirtiendo en un cajón desastre, que llegue un momento en que por más que busque, termine por no encontrar nada dentro.
Los libros del colegio, los exámenes de selectividad, los apuntes de la facultad. El router viejo, montañas de papeles a medio usar con una cara en blanco, recortes de artículos de periódicos, el walkman, las cintas en beta y VHS que ya no puedo ver. Las postales que me envías en cada uno de tus viajes, los libros que nunca comencé a leer. Los zapatos que me puse una única vez y que me hicieron daño, la ropa que hace tiempo que no uso, pero ya se ha pasado de moda. Unas orejas de duende del último disfraz de carnavales, un reloj que se ha parado en las 3:25, el folioscopio que me regalaste aquel día, una brújula que ya no marca el norte.
Me da miedo deshacerme de todos estos objetos, perderlos en el olvido y borrar de mi memoria parte del pasado. Veo en las noticias la gente con síndrome de Diógenes y me da pánico. Me aterroriza la idea de llegar a ese punto.
Me da pavor pensar que este desorden se extiende a todas las áreas de mi vida, que mi propia cabeza se esté convirtiendo en un cajón desastre, que llegue un momento en que por más que busque, termine por no encontrar nada dentro.
lunes, 7 de marzo de 2011
piedra, papel o tijera
¿Qué crees que voy a hacer? Intenta adivinar. Mírame. Imposible.
No hay ninguna estrategia. Déjalo en manos del azar. Es aleatorio.
Cierra los ojos. Arriésgate. ¡Salta!
Piedra, papel o tijera.
No hay ninguna estrategia. Déjalo en manos del azar. Es aleatorio.
Cierra los ojos. Arriésgate. ¡Salta!
Piedra, papel o tijera.
miércoles, 2 de marzo de 2011
fácil
No es tan complicado como piensas.
Primero te acercas un poco, rozas levemente mi mano con tus dedos. Rápidamente, como si no te hubieras dado cuenta. Cruzamos una mirada cómplice. Sonríes. Luego me hablas al oído. Te acercas un poco más. Siento tu respiración cálida sobre mi cuello, un escalofrío me estremece. Tus manos alcanzan mi cintura. Me atraes hacia tí suavemente. Te miro a los ojos, y luego a la boca. Esos labios que me vuelven loca. Ahora estamos tan cerca, que siento el vértigo en la boca del estómago. Estoy un poco mareada. Busco tu cuerpo con mis manos, heladas. Necesito un punto de apoyo. Subes lentamente por mi espalda, hasta llegar a la nuca y enredas tus dedos entre mi pelo. Siento cada latido en mis muñecas, se me entrecorta la respiración, cada vez más agitada. Cierro los ojos. Te acercas hasta lo imposible, haciendo que se junten nuestros cuerpos, me rodeas entre tus brazos, y al fin, me besas en los labios.
No es tan complicado, lo más difícil, es dar el primer paso.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)