domingo, 21 de marzo de 2010

perfume


Hace algún tiempo ni siquiera me planteaba este tipo de cosas. Y menos, contigo. Pero eso queda demasiado lejos en este instante. Ahora, cuando siento un olor conocido por la calle, me giro instintivamente para ver si eres tú. Pero siempre son otros. No soy lo suficientemente rápida, nunca consigo ver ni siquiera tu sombra. Siempre te escapas entre mis recuerdos. Sigo caminando y me detengo frente al escaparate, repleto de frascos de diversos colores y tamaños. Entro en la perfumería, recorro las estanterías guiada solamente por el olfato. Tras una pequeña búsqueda, al fin lo encuentro. Me voy más tranquila, caminando despacio. Me tumbo en la cama, sobre las sábanas. Con cuidado, derramo unas cuantas gotas sobre la almohada. Sé que esto solo es una ilusión, que no puede sustituir tu ausencia. Pero por fin puedo conciliar el sueño, sintiendo, dentro de este absurdo, que aún sigues a mi lado. Que te acabas de levantar y que volverás en un momento. Que no te has ido para siempre.

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