Estoy de puntillas intentando pedir en la barra, pero debo ser invisible. Te acercas con una cerveza. Me has estado observando desde el otro lado del bar, junto a la diana, mientras tus amigos jugaban. Me sonríes. Vienes a probar suerte. Con un movimiento rápido me rodeas con un brazo y haces un gesto al camarero. Pides otro tercio para mí. Me gustan tus gafas, pienso. Gracias, te digo, tímida. Te acercas a mí. Qué bien hueles, me dices, ¿que perfume usas? Y mientras lo dices hundes tu cara entre los rizos de mi pelo. Me lo preguntas al oído, con tus labios casi rozando mi cuello. Un escalofrío recorre mi piel. "Nina" te respondo. Te alejas para mirarme de frente. Me encanta. Sonríes con los ojos mientras tus manos acarician mi espalda. Así, entrelazados, nos vamos moviendo, hasta acabar contra una columna. Te acercas de nuevo, aún más, cierro los ojos y me besas despacio en los labios. Aún se nota el sabor amargo de la cerveza. Tienes la botella entre las manos, el frío del cristal me hace estremecer. Bebo un trago. Me vas a decir algo, para romper el silencio. Interrumpo tus palabras. Shhhh. Vámonos, te digo, sácame de este bar.
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