Estoy despierta, aunque aún es temprano. La luz entra gélida por la cristalera, y es imposible conciliar el sueño. Te observo mientras duermes, bajo las sábanas de la cama deshecha. Me acurruco a tu lado.
Llegará un momento en que se acabará este frío, me digo a media voz. Nos asomaremos a la ventana al despertar, envueltos en el edredón, y ya no veremos el paisaje cubierto de nieve.
Llegarán tiempos mejores...
Será el tiempo de las cerezas.
Espero que llegue pronto el tiempo de las cerezas. Ya se me está congelando hasta el alma...
ResponderEliminarseguro, que no queda nada...
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