martes, 18 de enero de 2011

niebla


Los edificios se difuminan entre luces. La niebla está engullendo la ciudad. Bajo este sol de invierno deambulamos sin rumbo. Te cojo de la mano mientras miro al suelo, intentando ver las baldosas que piso. Me paro bruscamente y te suelto. Titubeo. Te busco entre la niebla. Podrías ser cualquiera. Entre esta niebla que nos convierte en naúfragos urbanos, en personajes secundarios que han perdido su camino. Podrías ser un completo desconocido y ni siquiera me daría cuenta. En este momento, podrías no ser tú, y ni siquiera sabría que te has ido.

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