domingo, 19 de diciembre de 2010

secretos


Se acaba la canción. Hay unos segundos de tregua entre el barullo. Vienes y me hablas al oído, entre risas. No es posible. Para tí es un comentario sin importancia. Para mí, son las peores palabras que podrías haber pronunciado. Y ni siquiera te das cuenta. Otro secreto más. Me pesa como una losa. Me siento perdida en mitad del océano, con un lastre creciente que me arrastra hacia el fondo. Me ahogo, no voy a poder salir de aquí. Quiero gritar, pero no me sale la voz. En vez de eso, cierro los ojos, y una pequeña lágrima resbala por mis mejillas. No puedo más, me invade una tristeza infinita. Disimulo como puedo, no quiero que nadie me vea llorar. Todos bailáis, bebéis, seguís hablando como si no pasara nada. La música sigue sonando, el mundo no ha dejado de dar vueltas. Solo yo estoy detenida en el tiempo, y en esta sala, rodeada de gente, me siento más sola que nunca, a una distancia de años luz de cualquiera de vosotros.

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