jueves, 7 de mayo de 2009

biblioteca


Ayer descubrí una biblioteca rarísima buscando el libro. Pasé un par de veces por delante sin advertir su pequeña entrada. Con su aspecto de antigua casa del centro, sus techos altos y sus viejas escaleras. Con todo el silencio de cualquier biblioteca. Pequeña, pero extrañamente encantadora. Los libros, viejísimos, usados, que esconden mil historias entre sus páginas, mil recuerdos de quien los leyó antes impregnados entre sus hojas, esos libros, con su tacto de papel viejo y sus tapas de cartón… no se pueden tocar. La búsqueda de un ejemplar ha sido sustituida, con toda su magia y misterio, por un frío número que susurras al funcionario gris de turno. Y él te lo da, tu pequeño tesoro en mano. Ahora empieza el relato...

1 comentario:

  1. Suena a sitio perfecto para esconderse.

    A mí me deprime ver esas pequeñas historias en los libros que saco de la biblioteca...supongo que me planteo lo tarde que voy.

    Pues eso, a la espera del relato!

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