domingo, 5 de abril de 2009

fotografía


...Se sentó sola en la única silla del jardín, para leer aquel fragmento que tanto le gustaba. Lo leía en silencio, sin mover apenas los labios, evocando otra lectura: la de su voz envolviéndola por completo.
Así, se quedó dormida, mientras sostenía entre sus dedos un pequeño trozo de papel. Una fotografía en blanco y negro, la prueba de que no todo había sido un mal sueño, un retrato que le había robado un pedazo de alma.

1 comentario:

  1. Está bien eso de tener algo que pruebe que no todo fue una perdida de tiempo. (Lo malo que casi nunca es así)

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