Mira a su alrededor y solo ve oscuridad. Un relámpago ilumina toda la calle. Instantes después, el sonido de un trueno la sobresalta. No hay nadie más. Está sola en medio de la tormenta. El cielo, es un lienzo manchado de grises. Es una masa compacta que se va a abalanzar sobre ella. De pronto, explota, con un sonido atronador. Se derrumba sobre la ciudad. Comienza a llover. A diluviar. Ella ha parado de correr, se detiene, y deja que las gotas de lluvia se confundan con sus propias lágrimas. En este preciso instante, está convencida de que después de la tempestad, llegará la calma. Tal vez no sepa cuando, pero tiene la certeza de que en algún momento, llegará.
Y la calma será más agradable a más intensa sea la tormenta.
ResponderEliminarCon breves palabras despierta mi sinestesia. Y casi que veo la tormenta llegar...
Un saludo (de otro naufrago urbano)