martes, 21 de abril de 2009

manos


Fotografiaba manos. Únicamente manos. De una forma casi obsesiva. Pero no eran unas manos cualquiera. Aquellas manos eran, en cierto sentido, especiales. Todas aquellas manos escondían algo más, le recordaban a algún instante de su pasado. Las manos eran difíciles de fotografiar. A veces no salían como él quería, a veces no mostraban lo que en realidad, querían contar. Observaba cada fotografía, buceando en su memoria para rescatar el recuerdo de las manos retratadas. Por ejemplo, recordaba frecuentemente esas manos de mujer que tambolireaban nerviosas en la barra del bar. O aquellas rudas manos de hombre, que sujetaban con firmeza un nudo de cuerda. Las manos frágiles de pianista, que acariciaban las teclas con suavidad. O las manos protectoras de una madre acariciando la cabeza de un niño pequeño. Aquellas manos grandes que cogían la pluma como quien se aferra a un salvavidas, naúfragas sobre el vacío del papel en blanco. O sus propias manos, sosteniendo la cámara y ajustando el enfoque a las manos de otros. Sin embargo, pese a que tenía multitud de fotografías, seguía buscando manos incesantemente. Las manos que le mostraran algún secreto oculto, las manos que le contaran lo que quería saber, lo que buscaba. Las manos que le permitieran dejar de buscar.

1 comentario:

  1. sabes que me encantan las manos? es en lo primeor que me fijo de la gente...

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