viernes, 13 de febrero de 2009

descuidos


Detesto que ahora se haga de día tan pronto, y que el sol inunde el autobús cuando voy a la oficina. Me hace pensar que voy demasiado tarde, me distrae de la lectura. Hoy olvidé mi libro en casa, y ese pequeño descuido ha marcado mi mañana. Ha bastado un pequeño descuido para abrir la caja de los truenos. Porque sin apenas darme cuenta, me puse a leer los mensajes que me habías mandado, y que aún, después de tanto tiempo, soy incapaz de borrar. Y eso me ha hecho sentir muy triste, encerrada en un autobús detenido en un atasco y atestado de gente. Y me ha hecho sentir así, porque si no puedo borrarlos, quiere decir que aunque sepa que no merece la pena malgastar ni un minuto pensando esto, aunque lo intente, aún no he podido olvidarte.

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