jueves, 12 de febrero de 2009

dos palabras, ocho letras


Sabes tan bien como yo que cuando pronunciaste esas dos palabras se truncó todo. Que fue ese el principio del fín, el comienzo de la catástrofe y no cualquier otro motivo. Fueron esas ocho letras, lo que marcó el punto de inflexión, el punto de no retorno. Porque un "te quiero" a destiempo es más peligroso que el silencio, más afilado que una daga, da más miedo que ninguna otra expresión que antes hubiera salido de tus labios. Ese par de palabras, esas ocho letras, fueron el principio del desastre.

2 comentarios:

  1. Si solo fueran esas palabras el principio del desastre... Me temo que hay muchas mas.

    Bss
    R.

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  2. hay muchas más palabras y mucho más, pero siempre alguna es el detonante definitivo, ¿no?

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