lunes, 30 de marzo de 2009

una pequeña venganza de la realidad


4. l' amour fou

Has vuelto a llamar a mi puerta. Has vuelto a invitarme a café. Estoy sentada junto a ti, descalza, en un banco del jardín. El sol calienta mi cara y tú contemplas despacio, con los ojos entornados, mi desperezar de gata somnolienta. Fumas un cigarro y me cuentas cómo llovía aquél otoño en Roma. Desearía congelar ese momento en el tiempo. Será l´amor fou.

No me habías dicho que te ibas fuera una semana. Por eso la sorpresa no ha dejado paso aún a la tristeza. Ayer, cuando lo supe, empecé a pensar en algo que pudieras llevar contigo y esta mañana he corrido a la librería para comprar ese libro que ahora llevas en tu maleta. Al principio lo olvidé. Los nervios hicieron que olvidara también las llaves del coche y que mis pies confundiesen los zapatos cuando apareciste en el despacho. Será l´amor fou.

Tuve que subir a buscarte y hacerte gestos desde la puerta para que me acompañases a un recodo de las escaleras. Resguardados de las miradas ajenas, recompongo mi gesto de niña dulce mientras te enseño la bolsa que contiene mi pequeño presente. Tus ojos no pueden agrandarse más. De súbito, me alzas del suelo y me das un beso fuerte en cada mejilla. Me empiezo a marear. Veo que un grupo de gente se aproxima a nosotros. Te empujo hacia una esquina en penumbra y entonces noto tu aliento en mi cuello y tu cara frente a la mía. Simplemente, me olvido de respirar. Por segunda vez, tu barba acaricia con suavidad mis mejillas y siento que mis pies no tocan el suelo. Consigo zafarme y balbuciendo algo incomprensible escapo a la carrera por las escaleras. No paro de pensar cómo he llegado a esa situación. Será l´amor fou.

Por encima del borde de mi taza te pedí que me enviases una postal. Confío en que me llegará. La sonrisa que me la prometió, aunque nada sabía aún, ya me resulta muy familiar. Será l´amor fou.

[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]

domingo, 29 de marzo de 2009

aquel sitio al que nunca supe volver


Y fue ayer, sin haberlo buscado. Me dejaba llevar, como sucede muchas veces, sin saber muy bien a dónde voy. Me fio de él, de vosotros, me dejo guiar, por este barrio por el que siempre me pierdo. En pleno centro, y suelo desubicarme por sus calles. Atravesamos una pequeña plaza, abrimos la puerta y entramos. Yo ya he estado en este sitio, hace no tanto tiempo, aunque parezcan que han pasado siglos; en otras circunstancias, con otra persona. Contigo. En un momento se me agolpan todos los recuerdos. El sitio al que nunca supe volver, porque también en aquel momento, me fié de que tú me llevaras hasta allí y no me fijé en el camino, porque estaba tan nerviosa, que solo podía pensar en tí, que estabas a mi lado. Pero ahora, que hace milenios de aquello, ya sé dónde está, ya puedo volver cuando quiera, y con esta pequeña trivialidad, ya puedo exorcizar los demonios en que se habían convertido tus recuerdos, tus palabras, tus gestos. Ya puedo, por fín, comenzar a olvidarte. Porque apenas fuiste real, llegaste de improviso, como un ciclón arrasando todo, basándote en palabras de una desconocida, en un puñado de ilusiones compartidas. Y es más peligroso lo que sucede en la imaginación, que la realidad. Hasta siempre, chico de ficción, que te vaya bien, desaparece tal y como llegaste a mí, sin que vuelvan a cruzarse nuestros destinos.

viernes, 27 de marzo de 2009

tu voz perdida


Apenas recordaba ya tu voz, perdida entre tanto tiempo de ausencia. Apenas era capaz de recordar su timbre, su ritmo pausado, su color. Apenas podía recordarla, echada a perder entre tantas otras voces, sepultada bajo llave en la oscuridad, naúfraga en el mar del olvido.
Pero ahora que has vuelto, ahora que tu voz está de nuevo aquí conmigo, voy a escucharte todo el tiempo del mundo. Rompe el silencio con tus palabras mágicas. Cuéntame todo otra vez. Ahora, cuéntame un cuento para noches de insomnio, o mejor, cántame una nana hasta quedarme dormida. Cántame despacio al oído, que yo te escucho a través del silencio, y entre los sueños.

lunes, 23 de marzo de 2009

superhéroes


- Imagínate ser un superhéroe, con superpoderes.
-¿Y si pudieras serlo, qué poderes elegirías?
- El teletransporte.
- Pues yo preferiría ser invisible.

Ésta es una de las conversaciones más cuerdas que se puede tener en la oficina un lunes a las 9:37 de la mañana.

jueves, 19 de marzo de 2009

la niña asterisco


Y entonces ella se dio cuenta de todo. Se dio cuenta de que en realidad no quería a nadie. No les quería a ellos, que le dieron todo lo posible; no le quería a él, personaje capturado e inalcanzable que le hablaba de ciudades lejanas en otro idioma, aunque solo cuando a él le interesaba; ni siquiera se quería a sí misma. De tanto creer que ya no quería nada, un día, perdió su corazón sin darse cuenta, y éste, demasiado frágil, se estrelló contra el suelo haciéndose añicos, fragmentándose en mil pedazos.

Después de aquello, de aquel desastre, decidió sustituirlo. Buscó en la caja de las letras, los números y los símbolos, y encontró un asterisco, seguro más difícil de romper que su antiguo corazón. Sin embargo, con aquel signo, cada vez era capaz de sentir menos: ya no tenía sentimientos buenos. La niña asterisco se volvió cada vez más egocéntrica, y por ello, cada vez más egoísta. Ahora no podía ver más allá de su ombligo, y de verdad pensaba que todo el universo giraba en torno a ella.

Además, la niña asterisco estaba hecha un lío. No sabía que iba a ser de su vida, era incapaz de decidir sobre nada ni de superar el pasado ni de afrontar el futuro. No podía vivir tampoco en el presente. Estaba inmersa en una terrible espiral, sin salida, en un laberinto diabólico. La niña asterisco era también una hipocondriaca, a ella le daba miedo absolutamente todo. Le daba miedo la vida, le daba miedo la muerte.

La niña asterisco no sabía en que momento se había truncado su existencia. Solo sabía que entonces había decidido no escuchar, ni ver, ni hablar más. Se había aislado en una burbuja. En un mundo imaginario. En sí misma...Y ahora su vida pasaba lentamente, sin sentido, monótona y monocroma como una tortura de fotogramas encadenados en blanco y negro.Y como toda situación insostenible, llegó a su fin.

Podría decir que la niña asterisco desapareció, y que si miráis al cielo veréis que hay una estrella, que no destaca especialmente entre las demás y que no es un simple punto de luz, sino un pequeño asterisco. Pero sería demasiado melodramático. Lo cierto es que prefirió convertirse en algo útil, y ahora se encuentra ahí, al alcance de la mano, en la parte derecha del teclado del ordenador, y con la ayuda de otras teclas complementarias, es utilizada en casos excepcionales, peculiares, o que merecen una explicación aparte...

miércoles, 18 de marzo de 2009

cibersexo


Foto: cyber love sex

Cada palabra que veo escrita es como un susurro en mis oídos, cada letra que se desliza sobre el blanco de la pantalla es una caricia sobre mi piel, con cada nueva línea va subiendo la temperatura, y cada parpadeo naranja de la pantalla, me hace imaginar todo lo que nos queda por contar. Cada vez que pulsas una tecla es un suspiro, cada silencio, una agonía.
La incertidumbre de unos segundos en vacío, a la espera de la continuación de la historia, la mirada fija en el ordenador, se rompe cuando unas manos me tapan suavemente los ojos, me cogen la mano del teclado, me retiran el pelo de la cara, y me cubren de besos el cuello y la espalda, muy despacio, me desnudan poco a poco, tal y como habíamos estado imaginando.
Y es que de vez en cuando, nos gusta volver al pasado, a la inquietud del principio, a nuestras largas conversaciones de insomnes, a nuestras vivencias compartidas, como cuando aún nuestros caminos no se habían cruzado, como cuando aún no vivíamos en la misma casa.

martes, 17 de marzo de 2009

seis historias bilingües


Las he encontrado por la calle, sin buscarlas. De repente, allí estaban. Seis historias de improviso, seis personajes de ficción, seis relatos inventados para ver atardecer sobre la ciudad. Seis protagonistas de una realidad paralela, seis pequeños mundos por descubrir. He decidido, leer una cada día, compartir unos minutos con cada uno de ellos en exclusiva. Dedicarles a cada uno un momento, entre el tráfico y la gente que me rodea. Y mientras leo, a ratos en castellano y a ratos en francés, imagino que es tu voz la que narra, esa voz que apenas recordaba, y que hace poco volví a oir. Esa voz, que últimamente solo resuena en mi cabeza. Ahora, aún nos quedan cinco historias por delante.

lunes, 16 de marzo de 2009

una pequeña venganza de la realidad


3. el primer café

Estás en la biblioteca, sumida en tus pensamientos, es una tarde completamente anodina. Tras la actividad frenética de los exámenes, esta época de tranquilidad absoluta se convierte en tedio mortal. El silencio pesa, se palpa en el aire. A veces te da miedo moverte, hacer el más mínimo ruido, sobre todo cuando se acerca la hora del cierre. Pero entonces llega él, en el último minuto, cuando ya has apagado el ordenador. Lo siento, no puedo ayudarte, ya es demasiado tarde, tendrás que volver mañana. Sus gestos muestran perplejidad, por un lado, está contrariado, por otro lado, como bien intuyes, está deseando que sea mañana, que le hayas brindado una excusa para volverte a ver, que le des la oportunidad de intentarlo de nuevo. Mañana esperarás impaciente, mirando hacia la entrada, con un revoloteo de mariposas en el estómago cada vez que se entorna la puerta, con la cabeza anticipando lo que habrá de ocurrir. Mañana le propondrás tomar un café. Mañana, todo sucederá a partir de mañana.

[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]

espectadores


Hablamos solo por hablar, y no somos capaces de reconocer lo que sentimos, no somos capaces de dar un paso más, nuestra historia será una historia inacabada, con un principio, pero sin argumento. Con un final aún por escribir.
Porque los cambios dan miedo, y en el fondo, los dos, siempre fuimos un poco cobardes. Nos gustaría no estar aquí, frente a un café, con una mesa que nos separa. Pero tenemos pánico a saltar al vacío, no vaya a ser que después del abismo haya un complicado laberinto que recorrer.
¿En qué momento nos convertimos en espectadores de nuestra propia vida? ¿Cuándo dejamos de ser los protagonistas?
Como leí alguna vez en algún sitio, las metáforas son peligrosas, el amor puede surgir de una sola metáfora.
No sé, tal vez todo esto es solo lo que yo siento. Tal vez tú ni siquiera quieras saltar conmigo. No lo sé. Nunca se me dio bien adivinar lo que piensas.

domingo, 15 de marzo de 2009

veintitrés días


Suena el teléfono y eres tú. Han pasado veintitrés días.
Nos separan cientos de kilómetros desde aquel momento, y has dejado pasar veintitrés interminables días, cuando hasta hace nada, hablábamos cada noche. Cuando hasta hace nada, no podías dejar pasar 24h sin oir mi voz.
- Te echo de menos.
- Yo no.
- Te quiero.
- Yo no.
- ¿Volverás a llamarme?
- No.

sábado, 14 de marzo de 2009

no te das cuenta


Parece que no te das cuenta:
a ella nunca la vas a tener, y a mí, pronto vas a perderme.
Si es que no me has perdido ya.

viernes, 13 de marzo de 2009

viajes al azar


Escapemos de Madrid. Me estoy asfixiando en esta ciudad. Cierra los ojos y señala con el dedo un lugar del mapa. Elegiste bien, huyamos de aquí y vayamos a ver el mar. Eschuchemos el rumor de las olas y veamos cómo se esconde el sol en el horizonte. Cierra los ojos y elige un lugar al azar mientras suena una de tus canciones favoritas.
"Every you and every me" de Placebo.
Quizás haya aún, algo que hacer entre tú y yo.

jueves, 12 de marzo de 2009

besos de hielo


Me encanta cómo te mueves, tus gestos armónicos, tu voz pausada, los hoyitos que se te forman cuando sonríes, tus gafas de pasta. Me gusta cómo te ruborizas al hablar conmigo, cómo no eres capaz de mirarme a los ojos durante mucho tiempo, y empiezas a mirar fijamente mis labios, su constante movimiento al brotar las palabras. Me fascina observarte cuanto crees que no te veo, jugar con los rizos de tu pelo, contarte cuentos al oído, verte dormir a mi lado, protegerte como a una niña. Todo eso me encanta de tí, chica de hielo. Pero tus ojos, pequeña, son los ojos más fríos que he visto nunca, debes de tener el alma cubierta de escarcha. Yo cuido de tí, y luego a mí, a cambio, solo me das besos helados.

miércoles, 11 de marzo de 2009

plenilunio


Mira qué luna, dijiste. Y sin tú saberlo fueron las peores palabras que podías haber pronunciado. Porque hace no demasiado tiempo, las había escuchado de otros labios perfectos, los mísmos que me contaron muchos otros preciosos embustes.
Y tus palabras me hicieron mirar fijamente esa enorme luna, hipnotizándome al instante. Con la mirada perdida en el cielo, comencé a sentir cómo cambiaba mi fisonomía: poco a poco se agudizaba mi oído, veía con más nitidez, mis colmillos se afilaban, y se erizaban todos los vellos de mi cuerpo, hasta explotar de ira.
Porque cuando tú me dices luna, vuelvo a pensar, de nuevo, licantropía.

martes, 10 de marzo de 2009

imaginario


Desde pequeña mi madre me decía que las cosas no son como yo quiero que sean, sino como son. Que no puedo enfadarme porque las cosas no sucedan tal y cómo yo las he pensado. Que no puedo controlar todo, como si todo formara parte de un universo en mi cabeza. Que siempre estoy triste porque las cosas no salen como yo las he imaginado. Que me desilusiono constantemente, por no tener los pies en la tierra desde un principio. Desde pequeña me decía esto, y me lo sigue diciendo, porque yo no he cambiado. Me lo seguirá repitiendo siempre: que no se pueden construir infinitos castillos en el aire, que así no se puede vivir. Y como me dirías ahora tú también, que no puedes estar en el mundo a tiempo parcial, que así nunca vas a lograr ser feliz.

lunes, 9 de marzo de 2009

melancolía de lunes


Te levantas hoy de lunes, profundamente de lunes.
No sabes bien por qué sientes una tristeza tan desoladora, sin motivos para estar triste.
Te metes en la ducha, y dejas que las gotas de agua resbalen por tu piel, como manos que lentamente acarician tu espalda. Quisieras gritar, pero de tu boca no sale ni una sola palabra.
Caminas despacio por la calle, apretando los labios para evitar que las lágrimas comiencen a rodar por tus mejillas. Dirigir tus pasos sin rumbo hacia ninguna parte siempre ha tenido un efecto catártico sobre tí.
Lo intentas una y otra vez, pero hoy no das pie con bola.
- ¿Estás enamorada? - te pregunto.
Palideces y niegas con la cabeza.
Será el plenilunio, y esta absurda melancolía de lunes.

una pequeña venganza de la realidad


2. el universo conspira

Desde fuera la historia es divertida: jugamos a un juego al que yo no se si sabes que jugamos. Intuyo que sí, que lo sabes. Solo que mueves tus fichas con un mayor cuidado. Eso es de buen jugador. Ir cubriendo las apuestas. Poner cara de póquer. No dejarse impresionar por los faroles y mirar a los ojos en el momento preciso. Por eso no está claro quién juega con quien. ¿Quién arrastra a quien?
Quizás lo único que verdaderamente importa es que un día llegaste tarde y a partir de entonces la historia se giró. Ahora, cada día se despliega una oportunidad y en cada hora caben cientos, miles de posibilidades de volver a encontrarme con tu sonrisa por un pasillo deslucido. Pero también de maldecir a mi aciago destino, porque he cruzado la puerta cinco segundos después que tú te fueras. No puedo controlar la vida que nos acecha tras cada esquina, aunque quisiera atraparla y secuestrarla contigo dentro. No me queda más que esperar, encomendarme a los dioses, a mi ingenio y a la discreta complacencia con que has prometido raptarme de esta vil realidad que nos circunda una tarde, espero, no muy lejana. ¿Cuántas emboscadas por urdir?
Por el momento, tengo un recuerdo. La silenciosa atención con que bebías mis palabras una mañana de marzo, mientras la lluvia rasgaba las ventanas. Paciencia. El universo conspira sin que nosotros lo sepamos. ¿Dónde volveremos a encontrarnos?

[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa
& ZiRTäeB]

domingo, 8 de marzo de 2009

estupidez


Todo se resume en eso: estupidez.
Imagino mil casualidades en mi cabeza. Ya he revivido cada instante, cada detalle, cada palabra de ese encuentro. He pensado tantas veces qué hacer cuando me cruce contigo, que ya me parece haberlo vivido en la realidad. Pero nada de esto sirve.
Cuando por fín te veo, ahí, de improviso, no sé que hacer, estoy absolutamente paralizada. Pánico. Desearía que me tragara la tierra y desaparecer. Poder volverme invisible y que no me veas.
Soy estúpida, con lo fácil que es todo, yo sola lo vuelvo complicado.

sábado, 7 de marzo de 2009

una pequeña venganza de la realidad


1. rouge #58 audace

Tal vez ahora la facultad no te parezca un edificio tan gris. Con sus muros de hormigón, sus barandillas amarillas y sus entreplantas. El edificio más complicado, un pequeño laberinto donde perderse, donde encontrarse últimamente. Ahora ves también los colores que esconde. Se ha convertido en tu campo de batalla, en tu tablero de juegos. Eres la reina que trata de derrocar al adversario, de expulsarlo de la casilla donde descansa plácidamente. Hay un mínimo destello en tu vida: un objetivo que cumplir. Y esa meta, ahora, es encontrarte con él. La primera vez chocasteis en las escaleras, y apenas os mirasteis. Luego os cruzasteis en la puerta de la cafetería, os volvisteis a ver entre los estantes de la biblioteca, o en los pasillos que bajan a las salas de video. Ahora, creas casualidades para él, apareces leyendo en una mesa cercana a su despacho, te cruzas con él en secretaría, pasas por delante del aula donde da clase o coincidís en una película en el salón de actos. Todo el edificio es ahora un mapa abstracto de tus planes. Vas dejando pistas que le guíen hacía ti. Has decidido apostar a ganar. Esta va a ser tu venganza de la realidad. Tú eres el premio. Hoy estás radiante. Rouge #58 Audace de Chanel. Para él. Porque la suerte sonríe a los audaces. Y hoy, la suerte, tiene labios de carmín.

[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa &
ZiRTäeB]

miércoles, 4 de marzo de 2009

ficciones


Alicia, desde su país de las maravillas, me dice:

"Las ficciones nos completan. Nos salvan a nosotros, simples mortales o entes de ficción, condenados por los dioses a una vida vil, plagada de realidad."

martes, 3 de marzo de 2009

ciclotimia


Hay días en los que te levantas de buen humor. No te importa tener que madrugar, puede que incluso recuerdes lo que has soñado. Desayunas, sales a la calle y hace sol. Vas sonriendo sin darte cuenta. Miras a la gente, intentas descubrir qué les pasa por la cabeza, imaginas historias irreales que tienen a todos esos desconocidos por protagonistas. Te fijas en cada detalle, hasta lo más mínimo, se convierte en todo un mundo por descubrir.
Sin embargo, hay días, que te levantas con el pie izquierdo. No has pegado ojo y el sonido del despertador te martillea la cabeza. No puedes pensar. Te levantas como un autómata, se acaba el agua caliente y se queman las tostadas. No encuentras las llaves, y cuando por fin sales a la calle, llueve y el autobús que debes coger acaba de doblar la esquina. Todo el mundo te molesta, desearías ser el único habitante del planeta y lo ves todo negro.
Unos y otros días se entremezclan sin sentido, como ingredientes agitados al azar en una coctelera que vomita su contenido sin previo aviso. Una montaña rusa emocional. Un carrusel diabólico que da vueltas sin parar, que no deja de girar. Del que no puedes bajar.

domingo, 1 de marzo de 2009

las reglas del juego


No te entiendo, no sé si es problema mío o de ambos. No sé lo que quieres, ni lo que buscas, ni por qué lo haces. No sé si es solo por aburrimiento o tienes algún interés. No sé si seguirte el juego, o si dejarte por imposible. Nunca lo entenderé. No sé lo que pretendes. No sé si te gusta jugar conmigo, o si juegas por mero placer. No le encuentro ningún sentido, esto no tiene lógica. Me ilusiono con nada, estoy al borde del precipicio y salto al vacío. Quizá fue mi culpa por no fijar las reglas del juego desde el principio. Nos gusta complicarnos, nos encantan los problemas. Explícamelo, porque no lo entiendo.