No sabes bien por qué sientes una tristeza tan desoladora, sin motivos para estar triste.
Te metes en la ducha, y dejas que las gotas de agua resbalen por tu piel, como manos que lentamente acarician tu espalda. Quisieras gritar, pero de tu boca no sale ni una sola palabra.
Caminas despacio por la calle, apretando los labios para evitar que las lágrimas comiencen a rodar por tus mejillas. Dirigir tus pasos sin rumbo hacia ninguna parte siempre ha tenido un efecto catártico sobre tí.
Lo intentas una y otra vez, pero hoy no das pie con bola.
- ¿Estás enamorada? - te pregunto.
Palideces y niegas con la cabeza.
Será el plenilunio, y esta absurda melancolía de lunes.
es que el amor deberían dejártelo arrancar de cuajo, como los quistes, las verrugas, las costras o los lunares con mala pinta....
ResponderEliminarbeso*