jueves, 22 de enero de 2009

camino a casa


Se hace un poco tarde para la cena, llueve y la calle está vacía. Bajo del autobús y espero en el semáforo en rojo. Miro a un lado y de repente, te veo allí, a unos metros. Se pone en verde y deseo que te gires y me veas, vengas, te metas debajo de mi paraguas y hablemos de trivialidades.

Pero nada de eso ocurre, empiezo a cruzar la calle. Y pienso que me sigues y me alcanzarás antes de que tintineen las llaves en mi mano, pero no es verdad, tú nunca llegas, y únicamente puedo oir el eco de mis pasos sobre los adoquines mojados.

Y ya no sé si te he visto o solo te imagino.

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