martes, 20 de enero de 2009

recuerdos de cocina


Uno de los principales recuerdos que tengo de ella es verla en la cocina del pueblo, con las puertas abiertas de par en par, en verano, y el sol del sur entrando por todas partes. La cocina es el lugar de encuentro de esa casa, el sitio donde hablar en torno a un café con leche, donde comer todos juntos y donde varias generaciones de mujeres se cuentan penas y alegrías. La veo allí jugando con los niños en las tardes de septiembre y cocinando con el tic tac del reloj de fondo. En mi memoria siempre están aquellas tardes sin colegio, cuando aún no se puede salir a la calle por el calor asfixiante, sentados sobre el suelo de baldosas, viéndola durante horas hacer dulce de tomate o tarta de moka para nosotros. Las tardes ocupadas en juegos banales, en peleas de críos, en conversaciones que nos quedaban muy lejanas, en descubrir poco a poco del mundo de los adultos. Hemos ido creciendo, cada vez pasamos menos tiempo en esa cocina, que ahora está destartalada y vieja, pero siempre será una de las imágenes que guardaremos en nuestra memoria colectiva, junto a su propio recuerdo, ambos pertenecen de una forma u otra, a nuestro álbum de familia.

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