sábado, 31 de diciembre de 2011

cambios


Cuando llegan estas fechas parece que estás obligado a hacer balance. Un fin de año es un punto de inflexión, el momento de mirar atrás y evaluar qué has hecho y cómo. De pensar un momento y ver qué puedes hacer mejor.

La lista puede ser muy larga, pero será más fácil ir poquito a poco. Marcarse retos pequeños, sencillos, asequibles. Yo he estado pensando bastante, y espero que sea un año de cambios, de avanzar hacia delante. Podría decir que en mi lista está hacer dieta y ejercicio, mejorar el inglés, escribir más en Twitter y todo eso que siempre se dice. Pero tiene que haber algo más. En mi caso, sobre todo en el terreno personal. Creo que un cambio es imprescindible, el aprender a ver las cosas de otra manera, desde un punto de vista más optimista, con ganas, con un poco de confianza en el futuro. Con ilusión por lo que está por venir. Replantearme lo que que hago. Decirle a la gente que me importa que les quiero. No escapar de las situaciones complicadas. Aprender a manejar lo que me da miedo.

Despertar y darse cuenta que esto es una carrera contrarreloj, y que aprovechar el tiempo es lo único que se puede hacer, que dejar pasar la vida como un simple espectador no merece la pena.

Espero que 2012 sea el año de los cambios...

jueves, 8 de diciembre de 2011

ausente


Hoy más que ningún día me he dado cuenta. Esta noche me ha hecho click la cabeza. Hay algo dentro de mí que no funciona, un engranaje que nunca terminará de encajar del todo, como una pieza ausente, como un juguete roto. Y es triste que el detonante haya sido un amigo tuyo, para mí un perfecto desconocido, que en el medio de la música estridente, ha sido el único en captar en una milésima de segundo que algo no marcha bien. Solo un pequeño gesto ha bastado para hacerme saber que yo estaba fuera de lugar, y que él también lo sabía. Que era evidente, aunque ninguno de los demás lo notaseis. No ha hecho falta más. Me he dado cuenta de que la mayor parte de las veces estoy como ausente, no me siento cómoda en muchas situaciones cotidianas, escapo con el mal humor o la risa de momentos simplemente normales para los demás. Soy incapaz de reaccionar de una forma estándar, me entra pánico. Sobre todo en las situaciones de afecto, de empatía, en aquellas que incluyen contacto físico. Cada vez se acrecienta más el vértigo, el miedo, el temor a no saber reaccionar que me paraliza y hace que definitivamente todo sea un desastre. Tal vez lo mejor es que permanezca ausente. Que me aleje de vosotros, que me pierda, que me olvide. Que no intente conseguir una normalidad que está demasiado lejos aún.

domingo, 20 de noviembre de 2011

bucle


Despertarse-levantarse-ducharse-desayunar-metro-oficina-teléfono-ordenador-comer-oficina-calle-lluvia-casa-cenar-televisión-leer-no dormir-insomnio-dormir-pesadillas-despertador-levantarse-ducharse-desayunar-metro-oficina-ordenador-tupper-ordenador-ordenador-calle-bus-casa-cenar-dormir-despertador-me estoy perdiendo algo-no puede existir solo este vacío.-levantarse-vértigo-café-cerrar los ojos-abismo-metro-oficina-agobio-calle-gente-contar hasta cien-casa-cenar chocolate-apagar la tele-dormir-no pensar en nada-dormir-despertador.


lunes, 14 de noviembre de 2011

despiertos


Hoy he vuelto a soñar contigo. Aunque no eres tú como eres en realidad, como te veo cada día, sino como eres en sueños. Pero siento que eres tú. Últimamente sueño con manos. Con tus manos, que tampoco son las tuyas, pero yo sé que son tus manos en mi sueño. Y sueño solamente que te busco con locura, que ansío desesperadamente tocar tu piel, que recorro tu cuerpo, hasta encontrarte, entrelazar los dedos, sentir el calor de tus manos, tus caricias, tus besos. Pero sobre todo, tus manos. Solo puedo dormir sintiendo mis dedos helados entre tus manos. Y entonces me despierto sobresaltada. Me incorporo en la cama, agitada, y abro los ojos en la oscuridad. Hace frío en la habitación. El viento se cuela por la ventana. Me despierto para descubrir que no estás allí otro amanecer más. Que estoy sola, que solo siento bajo mi piel el tacto gélido de las sábanas.

jueves, 10 de noviembre de 2011

fragmentos de espejo


Quita el vaho lentamente con el dorso de la mano y se observa en el espejo. Detesta la imagen que le devuelve su reflejo. Cada vez que se mira le entran ganas de llorar. Nunca podrá ser perfecta, como esas chicas que salen en las revistas, como esas que ve por la calle. Odia mirarse en los espejos. Pero más le vale acostumbrarse, porque solo tiene esta vida. Aunque qué más da. Puede fingir que lo que no ve no existe, y no mirarse nunca más en ningún reflejo. Puede olvidarse de que tiene un cuerpo, y vagar por la casa como un espectro. Pero ahora, delante de este espejo, solo quiere llorar. Y las lágrimas le inundan los ojos, resbalando por sus mejillas, metiéndosele por la nariz, mezclándose con las gotas de agua de su pelo mojado. Las lágrimas distorsionan su reflejo, hasta hacerlo borroso, irreconocible. Se mira fijamente a los ojos reflejado, se muerde un labio y llena de ira da un puñetazo al espejo, que se quiebra en mil pedazos. Ahora su reflejo se ha multiplicado. Millones de ojos tristes la observan desde el otro lado. Genial. Ahora no solo tendrá siete años de mala suerte, sino también, una mano vendada y una historia que inventar.

sábado, 5 de noviembre de 2011

ojos


No suele mirar a los ojos de la gente, es algo que a él le pone muy nervioso. Es incapaz de sostenerle la mirada, sus ojos se van irremediablemente a sus labios, mientras habla. Es incapaz de mirarle a los ojos, porque sabe que si lo hace caerá en el abismo. Sabe que entonces él podrá leer dentro de su cabeza. Sabe que podrá saber lo que siente. Entonces se romperá la barrera de hielo que la protege. Y eso es lo último que ella quiere.

jueves, 3 de noviembre de 2011

miércoles


"No sabes nada, Jon Nieve". Esto es lo que se me viene ahora mísmo a la cabeza. Reflexiones/ficciones de un miércoles perdido.
Y quien dice este nombre, dice cualquier otro, puede sustituirlo por muchos otros, por casi cualquier nombre. El tuyo por ejemplo. O el mío. Aunque ni tú vistes de negro ni yo soy una salvaje pelirroja.

 Y es que llegados a este punto solo quedan dos opciones.
 - Opción A. Asaltarte un lunes por la mañana frente a la máquina de café, y que sea lo que Dios quiera, porque esto es un sinvivir, y no puedo soportar más esta situación.
(Es una opción altamente inviable, aún me queda una pizca de dignidad)
 - Opción B. Olvidarte, olvidarte mucho, olvidarte para siempre, porque sé que esto no tiene ni pies ni cabeza, ni saldría bien ni podría soportarte.
 (Y aunque siempre es difícil cerrar una puerta, sin guardar una llave en el bolsillo, esta es la opción más razonable)

 Y esto es lo que vengo pensando bajo la lluvia, un miércoles cualquiera.

 Y como estoy entre triste y de mala hostia, me he dado un pequeño capricho, unos muñequitos siniestros que llevaba tiempo buscando. También un khol waterproof, y una tableta de chocolate negro. Para que al menos las últimas lágrimas no sean góticas y tengan un final dulce. Para que así, decidir, me cueste un poco menos.



lunes, 31 de octubre de 2011

llave


¿Recuerdas el candado que pusimos sobre el Tíber? Guardé una copia de la llave en el bolsillo, mientras nos prometíamos amor eterno y tirábamos la otra llave al río. La locura resultó ser más efímera de lo que esperábamos. Han pasado varios años, y aún conservaba una llave sin candado en el fondo del armario. Ha hecho falta otra ciudad, encontrar otro norte, para poder olvidar por fín la segunda llave. Bajo la lluvia la lancé al vacío, se perdió entre las aguas turbias del canal. Ya no me queda ninguna llave de repuesto, se la llevó la corriente, contigo, para siempre.

domingo, 23 de octubre de 2011

sin rumbo


Me siento fuera de lugar. Como la pieza del puzzle que nunca encaja. Perdida en la caja entre otras muchas piezas. Sin tener demasiado claro cual es el lugar que le corresponde. Ni aquí, ni allí, ni un poco más allá. Ni contigo, ni sin tí, ni con nadie. Perdida. Como un barco sin rumbo.
Naufragando a la deriva...

lunes, 10 de octubre de 2011

miniaturas


Hay días de otoño en que me asaltan los recuerdos. No sé por qué. A traición y sin previo aviso. Y me descubro caminando bajo la luna y pensando en detalles casi olvidados. De repente, me sorprendo vagando por palabras perdidas, por lejanos escenarios, por mínimas sensaciones que se me escapan entre los dedos. Son miniaturas que pertenecen al pasado, que no quiero perder en el olvido, que guardo bajo llave, por si vuelven a ser necesarios. Hoy se me ha cruzado por la mente un día de lluvia, cuando nos prometimos un googol de besos bajo un paraguas. Mañana puede ser aquella tarde en que te dije adiós. Después podría ser cualquier otra cosa, cualquier otro detalle sin importancia.


* si por casualidad, algún día leyeras esto, espero que no te importe que haya rescatado este pequeño recuerdo para uno de los textos...

domingo, 9 de octubre de 2011

un mal lunes


Tener la sensación de hacer todo mal. Continuamente. Mal contigo, mal en casa, en la oficina, en todas partes. Un maldito desastre. Saber que no es únicamente una sensación. Y querer dejar de dar vueltas. Parar para intentar pensar y decidir hacia dónde ir. Tener la sensación de equivocarme constantemente. De no saber qué estoy buscando. De cometer un error con cada decisión. De estar perdida. Cada día me cuesta más levantarme y seguir hacia delante, sin rumbo. Cada lunes me prometo cambiar, empezar de cero... pero es tan difícil. Mañana vuelve a ser lunes de nuevo.

martes, 27 de septiembre de 2011

nevera


Aquellas luces intermitentes no presagiaban nada bueno. Las ví nada más cruzar el pasillo. Parpadeó un par de veces, con una lentitud agónica e hizo click. Se acabó. Entre en la cocina, lo miré con tristeza y le dí el último adiós. El frigorífico ha muerto, dije a media voz sobre el silencio. Abrí la puerta del congelador y saqué al pingüino. Tendremos que buscarte otro sitio, pequeño. Menos mal que se acerca el invierno. Deshice un poco de hielo entre los dedos, y cerré de nuevo. Han sido muchos años juntos, te echaremos de menos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

días perdidos


Días en que lo mísmo te da levantarte que quedarte entre las sábanas con la cabeza debajo de la almohada. Días de gritar en silencio que se pare el mundo para bajarte. O no, qué más da. Días iguales, que se suceden a otros días idénticos, entrelazados en semanas interminables. Días que no encuentras el sentido a nada. Días en los que todo está tremendamente lejos, y horriblemente frío. Días en los que quieres cerrar los ojos y desaparecer. Días para perder en el olvido. Son ya demasiados días así. Me estoy quedando sin ficciones para tantos días.


sábado, 27 de agosto de 2011

distancia


¿Recuerdas la escena de Tesis en que los protagonistas se ven el uno al otro a través de la música que escucha cada uno? Es igual que ahora, para mí suenas con la banda sonora de Azuloscurocasinegro, con la música dulce de Pascal Gaigne, y a juzgar por cómo sigues el ritmo de la música, yo estoy para tí envuelta en sonidos estridentes. Sonrío. Qué tontería acordarme de esto. Simplemente me ha venido a la cabeza como un flash. Te miro de nuevo, ajeno a todo lo que pienso. Y ya no sé si esto es amor, o deseo, o morbosa curiosidad, o simplemente, nada. Cierro los ojos un instante, sumergiéndome en la música tranquila. Pese a la mínima distancia física que nos separa, estás lejísimos. Al contrario que ellos en la película, nuestras dos visiones son un abismo infranqueable, mundos de desencuentros, universos paralelos que nunca podrán converger en un mísmo punto. Un tú y un yo que jamás serán un nosotros.

miércoles, 24 de agosto de 2011

tatuaje

Me encanta verte dormir. De espaldas, al otro lado de la cama. Todo un universo de sábanas me aleja de tí en este momento. La distancia que separa la vigilia del sueño. Deslizo un dedo por tu espalda, sigo por el hueco de tu cintura, hasta llegar a la curva de tus caderas. Recorro tu piel sobre las líneas del tatuaje, una multitud de pequeñas flores
de cerezo dibujadas, que se vierten suavemente sobre la almohada, deshaciéndose como copos de nieve en la niebla.

miércoles, 3 de agosto de 2011

diario


Ya que no soy capaz de ordenar mi cabeza, al menos voy a intentar ordenar mis cosas. Si no, sé que terminaré sepultada entre montones de trastos inútiles, que guardo sin ningún sentido. Ayer en el fondo del armario, entre muchos papeles, encontré un diario. Un diario de 1999. Me puse a releerlo. No debí hacerlo, me dí cuenta de que poco había cambiado en más de doce años. Pese a haber terminado el colegio, haber ido a la facultad, haber empezado otra etapa, mi vida personal sigue siendo un desastre, y el resto, mediocre. Los mísmos miedos, los mísmos complejos, la mísma angustia. La mísma falta de ilusión por nada. Los mísmos nubarrones negros sobre mí. Porque no he sido capaz de solucionar nada. En más de una maldita década. Nada. No recuerdo prácticamente ninguno de esos problemas triviales y cotidianos, pero al volver a leerlos, me han parecido iguales, tan insignificantes y absurdos como los de ahora. Igual de estúpidos. Sigo bloqueada en un punto de no retorno, con pánico a asomarme al abismo de un futuro incierto y con terror a echar la vista atrás. Perdida en el medio de ninguna parte. Deseando desde la sombra, un cambio que nunca me atreveré a provocar. Siempre he sido una cobarde. Casi no me acordaba de nada. Por eso fui rompiendo cada una de sus hojas tras leerlas, con las lágrimas asaltándome a traición, para no volver a recordarlo jamás.

viernes, 15 de julio de 2011

ciegos


Somos ciegos que vamos dando tumbos. Nos parece que nuestra realidad, la que vemos con nuestros ojos, es lo único que existe. Pero es mentira. Somos ciegos. Y no hay peor ciego que el que no quiere ver. Solo vemos lo que queremos ver. Lo que podemos creer. Y al despertar, al abrir un ojo, todo resulta diferente. Todo es nuevo. Todo cambia según el punto de vista. Cambia tanto que jamás creerías que te pudieras engañar de ese modo. Cambia tanto, que también te parecerá mentira. Que no podrás distinguir la realidad de la ficción.

lunes, 27 de junio de 2011

beso


Es un beso de despedida. Será el último. Bajo las estrellas, con un calor asfixiante, nos movemos al ritmo hipnotizante de una música imaginaria. Te miro de reojo, a mi lado. Siempre te lo digo, pero no puedo evitar pensar en cómo me atrae tu boca, al igual que un imán, me muero por besar tus labios. Me arde la piel, quemada por el sol, cada vez que por un descuido, se rozan nuestras manos. Doy un trago largo a la copa, creo que es necesario, te siento cada vez más lejos. Por un momento voy a olvidarme de todo, del pánico que me paraliza. El calor no me deja pensar con claridad. Voy a apostar a doble o nada, a lanzarme al vacío. Cojo un hielo, dejo que se derrita ligeramente entre mis dedos, ya sabes que me encanta morderlo. Siento que el frío me recorre todo el cuerpo. Ahora sí, me armo de valor, y te doy un beso helado. Doble o nada. Ya no me importa lo que ocurra, ni siquiera que algún día leas esto, solo quiero sacarte de mi cabeza. Es una batalla perdida de antemano, y el mío, un ataque suicida. Frío. Nada.

sábado, 25 de junio de 2011

películas


Se oye un voz en off. No puedo entender lo que dice. Habla en otro idioma. ¿Cómo he llegado hasta aquí? Estoy dentro del decorado de una película antigua. Veo pasar personajes desconocidos, que me rodean como si no existiera. Tal vez ellos no pueden verme. O tal vez soy uno de esos extras que nadie recuerda. Intento gritar, pero de mi boca solo salen palabras sin sonido, silencio. Es una película muda. Miro a mi alrededor y todo se ha vuelto blanco y negro. Me miro a mi mísma, incluso yo me voy convirtiendo en gris. Ya no sé lo que es real y lo que no. De fondo se oye música clásica. Son violines, y tal vez un piano. Me imagino que ahora aparecerá un cartel con un pequeño mensaje que explique la escena. Pero yo seguiré sin entender nada. No se pueden ver las acotaciones desde dentro del escenario. No sé cuanto tiempo me queda, en qué momento aparecerá el crédito final, el "the end" de esta pesadilla. Tengo que pensar alguna forma de escapar de aquí. De salir de la pantalla, de volver al otro lado, al patio de butacas...

jueves, 23 de junio de 2011

banda sonora


Pon un poco de música a mi vida. Te escucharé. Me dejaré llevar. Cerraré los ojos y haré lo que me digas, solo a cambio de unas notas. De unos cuantos acordes. A partir de ahora, te dejaré decidir la banda sonora.

martes, 21 de junio de 2011

peceras


Hoy he vuelto a soñar contigo. Pero ya no eras un pez naranja, sino que ahora soy yo la que está encerrada en una pecera. Te veo a través del cristal cóncavo, que distorsiona tu silueta, convirtiéndote en un reflejo fantasmagórico. Doy vueltas, enturbiando el agua, mientras choco constantemente contra las paredes transparentes. Intento hablarte, gritarte, pero a pesar de mis esfuerzos, solo salen de mi boca pequeñas burbujas de aire incomprensibles. Me siento tan pequeña, tan insignificante aquí dentro. Cierro los ojos. La desesperación me consume, me rindo. Estoy agotada. Mi último recurso para tratar de llamar tu atención es flotar a la deriva, como un pez perdido sin rumbo.

* pez naranja: primer sueño

domingo, 19 de junio de 2011

palabras


Sigo tu voz en la oscuridad. No puedo ver nada, avanzo a tientas, pisando con cuidado. La adrenalina hace que se agudicen los sentidos. Se me acelera el pulso, noto cómo late deprisa en las muñecas, cómo palpita en la sien. Sigo tus palabras, que me guían dentro del laberinto. Oigo tu respiración cerca, sigue hablando, no me dejes. Aunque sepa que tus palabras se perderán entre el ruido, que caerán en el olvido. Cada vez estás más cerca. Oigo tus pasos sobre el silencio. Ahora estás aquí a mi lado. No puedo verte. Susúrrame al oído. Siento tus manos recorriendo mi cuerpo. Tus dedos gélidos que se enredan entre mi pelo. Tus palabras que me envuelven entre sueños. Pero sé que que te estoy perdiendo, que tus palabras se están convirtiendo en sonidos vacíos. Que cada vez te siento más lejos.

viernes, 10 de junio de 2011

huida


Cierra los ojos. Piensa en el agua color turquesa. En la arena blanquísima deslizándose entre tus dedos. En el sol. En cómo la brisa mueve las hojas de los eucaliptos sobre tu cabeza. En una banda sonora perfecta. En cómo te gustaría escapar lejos de aquí.

martes, 7 de junio de 2011

tonterías


Cosas estúpidas que pensar mientras haces dibujos aleatorios en el cristal empañado del autobús: "¿Que por qué te quiero?" (léase con voz de telenovela). Para luego seguir jugando a tratar de ver algo a través de los cristales y no pasarse la parada. Pero, ¿de verdad te quiero? No será que te estás convirtiendo en una pequeña obsesión, que siento una absurda atracción por tí desde el primer día que te ví... Ya ni lo sé. Solo sé que un día de estos voy a terminar haciendo lo que acabo de leer en twitter y me ha hecho mucha gracia: voy a dejar de decirte que estoy bien, para decirte al oído que estaría mejor contigo. Olvídate. Cosas lógicas que hacer un día como hoy: borrar con una mano los corazones desdibujados en el vaho, y volver corriendo a casa, que llueve. Tonterías de un lunes a media tarde. Procuraré no saltar en los charcos.

miércoles, 1 de junio de 2011

futuro imperfecto


Me encuentro fatal. Cada vez peor. Tengo ganas de llorar a todas horas. Dando vueltas a tonterías constantemente. Siento que todo va muy deprisa, y lo veo pasar como un simple espectador. Estoy paralizada al borde del abismo. Incapaz de hacer nada. Demasiado cobarde para mover un dedo. Siento que he perdido todo el tiempo, y que ya no hay nada más allá. Me siento vacía por dentro. Solo hay nubarrones negros, no imagino un futuro. Todo es un sinsentido. Ya no tengo ilusión por nada. Me siento derrotada. Como la pieza del puzzle que nunca termina de encajar. Además tú estás ahí, al alcance de mi mano, y sin embargo, te encuentras a años luz de distancia. Maldita sea, no puedo sacarte de mi cabeza. No sé qué hacer, siento que me estoy perdiendo, no sé cómo dejar de pensar esto, cómo avanzar hacia delante. Sinceramente, no sé cómo salir de aquí.

miércoles, 25 de mayo de 2011

rayos y centellas


Se oye tronar a lo lejos. Apago las luces y abro la ventana, para ver el cielo iluminado por los relámpagos. En un instante, todo se vuelve oscuridad. Hasta que un rayo parte el horizonte en dos mitades. Respiro hondo. Un escalofrío me recorre la espalda. Ha bajado la temperatura. En este momento solo existen rayos y centellas. Me quedaría toda la noche asomada al balcón. Con la lluvia calándome los huesos. Solo para no pensar. Para dejar de preguntarme cómo es que todavía sigues aquí, si la mayoría de las veces yo soy como esa tormenta, que estalla cuando menos te lo esperas.

jueves, 19 de mayo de 2011

dominó


Qué difícil es mantener el equilibrio.

Como una de esas pequeñas piezas de dominó en blanco y negro.

En pie hasta que una de ellas cae y derrumba todas las demás en cadena.

miércoles, 11 de mayo de 2011

cajón desastre


¿Recuerdas cuándo me dijiste que te llamé la atención porque era como una cajita hermética por descubrir? En aquel momento fuiste todo un intrépido por intentar atisbar en su interior. Pero tal vez no merezca la pena. Aunque pase el tiempo, aunque intente evitarlo, me vuelvo a sentir así, aislada, encerrada en mí misma, incapaz de mirar hacia delante. Y no me siento como una caja de sorpresas precisamente, sino más bien como un cajón desastre, caótico, un agujero negro donde todo se pierde y es imposible encontrar nada...

sábado, 7 de mayo de 2011

mírame


Todo está bien, te digo.
Sí, pero mírame a los ojos, me respondes.

Mírame. Qué fácil. Pero cómo decirte que se me va la vista de tus ojos a tus labios, que me pierden, que no puedo sostenerte la mirada sin sonrojarme, que me muero por acercarme a tí y darte un beso.

No te digo nada de esto. Solo te sonrío en silencio, y así, se pasa el tiempo.

martes, 3 de mayo de 2011

dormidos


Las sábanas están revueltas, me despierto abrazada a la almohada. Desde pequeña me duermo sintiendo su tacto frío entre los dedos, no soy capaz de conciliar el sueño de otra manera. Es una mañana calurosa y la luz trémula se cuela por la ventana entreabierta, proyectando curiosas sombras sobre los objetos. Desde lejos, desde el otro lado de la cama, me miras sonriendo. Me has estado observando mientras duermo. Sé que te encanta hacerlo, aunque yo me muero de vergüenza cada vez que lo pienso. Porque hablo en sueños, y seguro que sin darme cuenta, te he dicho que te quiero. Me acerco a tí y te doy un beso. Todavía es muy temprano, me dices entre susurros. Quitas la almohada, levantas despacio las sábanas y nos escondemos debajo, abrazados. Cierro los ojos, para dormir contigo de nuevo. Para soñar otro rato. Te cojo de la mano, entrelazando con fuerza tus dedos. Así me aseguro de que no te escapas. De que te quedarás conmigo. Por mucho que me lo pregunto, aún no sé cómo te he encontrado. Ahora solo quiero que no te vayas de mi lado.

sábado, 30 de abril de 2011

otro día más


Estoy sentada en las escaleras, bajo el sol de mediodía, jugando con el más pequeño de los cachorros color canela. Hace calor, ya es primavera. A lo lejos, se oye música desde una radio, y en el aire flota el olor del bizcocho recién hecho. Cierro los ojos para sentir el calor del sol sobre los párpados. Todo es casi perfecto. Pero ni aún aquí puedo dejar de pensar en tí, en cómo sería si estuvieras aquí. En que te echo de menos, en que te has metido en mi cabeza, en que ocupas mis pensamientos. Pero basta ya, déjate de tonterías, vamos a comer, que se hace tarde.

jueves, 21 de abril de 2011

melancolía



Me ves triste, y te preocupas. Se me hace raro, que estés tan pendiente. Precisamente ahora, cuando más sola y agobiada me encuentro. No sé lo que me pasa, no puedo darte una explicación. Y sé que no lo entiendes. Me encantaría decirte que sí, que necesito que me ayudes, que quiero tomar la mano que me tiendes y salir de este absurdo. Que quiero dejar de sentirme así. Que quiero dejar de deambular como un espectro y recuperar el tiempo perdido. Que quiero que te quedes aquí conmigo. Que me encantaría volver a empezar. Pero no puedo. No tengo ningún derecho a pedirte nada. Solo puedo darte las gracias, por demostrarme que estás ahí.

martes, 19 de abril de 2011

malos presagios


Muchas veces pienso que es imposible. Que cada vez que parece que las cosas van bien, siempre pasa algo para que se trunquen. Que esa felicidad que buscamos es una quimera inalcanzable, que no existe. Que está vetada. Que la mala suerte nos persigue. Que nunca podré encontrar nadie con quien compartir nada. Que no hay nada más allá, nada por lo que merezca la pena luchar.

Es imposible. Y me dejo caer en el vacío, me abandono, me pierdo. Ahora estoy demasiado lejos, no recuerdo cómo he llegado hasta aquí, no sé cómo volver. No quiero echar la vista atrás.

Hoy ha amanecido nublado. Lleva mucho tiempo en calma. Se avecina una tormenta.

viernes, 8 de abril de 2011

descuido


Qué mal lo hiciste. Con lo fácil que es. Con lo sencillo que es llamar e inventarte una excusa. En vez de hacerlo complicado y seguir el juego, hasta que no tiene remedio. Con lo fácil que hubiera sido simplemente aplazarlo, sin necesidad de mentir, ya sabes, que lo que se va dejando, termina por perderse en el olvido, sin culpables, sin rencores, simplemente es un descuido.

martes, 5 de abril de 2011

perdida


¿En qué momento lo perdiste? Echa la vista atrás. No puedes volver allí. El pasado es como una puerta que se cierra tras tus pasos. Nunca puedes volver. Aunque te gires, no logras distinguir nada en la oscuridad. Solo vagos recuerdos, que se pierden en tu memoria. ¿Cuándo te perdiste? ¿Cómo has llegado a ser lo que eres? ¿Por qué abandonaste tan fácilmente? Cierra los ojos. Detente. No por ello dejará de moverse a tu alrededor. Solo tú estás quieta. Aún así sientes vértigo. Todo va demasiado deprisa. Solo tú estás perdida. No sabes qué hacer. Te van a alcanzar. ¿Cómo has llegado hasta aquí? ¿Cómo te han encontrado? ¿En qué momento te dejaste arrastrar hacia el abismo? Respira. Abre los ojos. ¿Hay algo más allá?

domingo, 27 de marzo de 2011

memoria


Nos miramos como dos extraños. Tu gesto indica que no reconoces mis facciones, que soy un completo desconocido para tí. Te revuelves en tu asiento incómoda, y me sonríes de manera cortés, como harías con cualquiera que te encontraras. Como harías con cualquiera que se cruzara un instante en tu camino. Todo se me hace tan raro. Desde el accidente soy para tí una persona ajena. O no. Ahora tus ojos reflejan la frialdad de un glaciar. No ha sucedido ninguna tragedia. Simplemente un día decidiste sacarme de tu vida. No hay más explicación que ésta: en un momento decidiste borrarme de tu memoria. Y ahora todo lo que tenga que ver conmigo, te es absolutamente indiferente.

martes, 22 de marzo de 2011

confesiones


Caminamos por la calle a una distancia prudencial. Nuestros brazos ni siquiera se rozan con el movimiento. Hablamos, la conversación es banal. Cae la noche. Comienzan a encenderse las farolas, tiñendo la calle de una luz anaranjada y espectral. Ya no sabemos qué decir. El silencio se instala entre nosotros. Miramos hacia el suelo, vigilando nuestros propios pasos.
- ¿Te he dicho alguna vez que te quiero?
Te detienes y te giras hacia mí. Pero yo sigo caminando hacia delante. Tras unos segundos, me sigues con pasos rápidos. Llegamos al cruce donde se separan nuestros caminos. Ni siquiera me miras a los ojos, solo haces un breve gesto con la mano.
- Adiós.
- Hasta mañana.
Y me alejo, caminando deprisa, ligera, intentando reprimir una sonrisa.

domingo, 20 de marzo de 2011

espera

¿Sabes? Me siento tremendamente sola. Te echo de menos aquí. Aún estoy esperando que vuelvas. No puedo creer que aquel hasta luego pudiera ser un adiós definitivo. No puedo creer que no vaya a verte más, a oir tu voz, a tocar tu piel. No es posible que esto termine así. Vuelve. Me voy a dormir, pero vuelve. Vuelve que yo te espero aquí, que yo te dejo un hueco entre mis sábanas esta mañana.

martes, 15 de marzo de 2011

ensayos


Nunca se me dio bien disimular. A veces pienso que mi cara es como un cristal transparente, y se ve todo lo que me pasa por la cabeza. Se me nota si estoy de mal humor, si pienso que eres imbécil, si no entiendo nada de lo que me estás diciendo, si te pegaría un grito o si en este momento muero por tocarte y besar tus labios. Tanta sinceridad es innecesaria. Es un obstáculo para unas relaciones sociales normalizadas. A veces muestra totalmente lo contrario de lo que quiero. Esto es así, es inevitable. Voy a tener que ir ensayando esto de fingir...

sábado, 12 de marzo de 2011

vacío



Me encuentro fatal. Me miro al espejo y me veo horrible. Me siento pequeña, diminuta, tan insignificante. Tan inútil. Siento que no avanzo, que estoy estancada, que sigo en el mísmo punto que hace diez años. Que nada ha cambiado, que el tiempo se ha detenido en medio de ninguna parte.
Estoy triste, irascible, insoportable. Lo detesto, porque cada vez me cuesta más levantarme y afrontar otro día más. Sé que no lo estoy haciendo bien, que siempre lo termino pagando con quien menos culpa tiene, que cada vez va a peor. Que me estoy convirtiendo en una amargada, en alguien que destruye todo lo que toca.


martes, 8 de marzo de 2011

diógenes


Me da pena tirar las cosas. Soy más de acumular. También soy mucho de trasladar las cosas de sitio. De la mesa al cajón, del cajón al armario, del armario al trastero, y de ahí a la casa del pueblo.
Los libros del colegio, los exámenes de selectividad, los apuntes de la facultad. El router viejo, montañas de papeles a medio usar con una cara en blanco, recortes de artículos de periódicos, el walkman, las cintas en beta y VHS que ya no puedo ver. Las postales que me envías en cada uno de tus viajes, los libros que nunca comencé a leer. Los zapatos que me puse una única vez y que me hicieron daño, la ropa que hace tiempo que no uso, pero ya se ha pasado de moda. Unas orejas de duende del último disfraz de carnavales, un reloj que se ha parado en las 3:25, el folioscopio que me regalaste aquel día, una brújula que ya no marca el norte.
Me da miedo deshacerme de todos estos objetos, perderlos en el olvido y borrar de mi memoria parte del pasado. Veo en las noticias la gente con síndrome de Diógenes y me da pánico. Me aterroriza la idea de llegar a ese punto.
Me da pavor pensar que este desorden se extiende a todas las áreas de mi vida, que mi propia cabeza se esté convirtiendo en un cajón desastre, que llegue un momento en que por más que busque, termine por no encontrar nada dentro.

lunes, 7 de marzo de 2011

piedra, papel o tijera


¿Qué crees que voy a hacer? Intenta adivinar. Mírame. Imposible.
No hay ninguna estrategia. Déjalo en manos del azar. Es aleatorio.
Cierra los ojos. Arriésgate. ¡Salta!

Piedra, papel o tijera.

miércoles, 2 de marzo de 2011

fácil


No es tan complicado como piensas.
Primero te acercas un poco, rozas levemente mi mano con tus dedos. Rápidamente, como si no te hubieras dado cuenta. Cruzamos una mirada cómplice. Sonríes. Luego me hablas al oído. Te acercas un poco más. Siento tu respiración cálida sobre mi cuello, un escalofrío me estremece. Tus manos alcanzan mi cintura. Me atraes hacia tí suavemente. Te miro a los ojos, y luego a la boca. Esos labios que me vuelven loca. Ahora estamos tan cerca, que siento el vértigo en la boca del estómago. Estoy un poco mareada. Busco tu cuerpo con mis manos, heladas. Necesito un punto de apoyo. Subes lentamente por mi espalda, hasta llegar a la nuca y enredas tus dedos entre mi pelo. Siento cada latido en mis muñecas, se me entrecorta la respiración, cada vez más agitada. Cierro los ojos. Te acercas hasta lo imposible, haciendo que se junten nuestros cuerpos, me rodeas entre tus brazos, y al fin, me besas en los labios.
No es tan complicado, lo más difícil, es dar el primer paso.

domingo, 27 de febrero de 2011

supernova


Maldita sea. Te tengo ganas desde el primer día que te ví. Desde antes de conocerte.
Y ahora, cada vez se me hace más difícil. Muero por tocarte, por sentirte, por descubrirte. Me torturo imaginando cómo es tenerte cerca, recorrer todo tu cuerpo, besar tus labios, perderme entre tus brazos, escapar de la realidad contigo.
Y sé que la situación es insostenible, que terminaré confesandotelo de la peor manera posible, como siempre hacemos los tímidos en extremo, sin medir las consecuencias de nuestras palabras, como quien se tira al vacío sin red, como un secreto que arde entre los dedos, como una bala envenenada disparada a quemarropa.
Y el vértigo me marea, es como asomarme al abismo del infinito. Implosionaré como una estrella pasajera, como una supernova, generando un agujero negro. Y después, tras la explosión, desapareceremos y ya no habrá nada, nunca más.

martes, 22 de febrero de 2011

tiempo


Quizás no lo sabes, pero tienes un don. Detienes el tiempo. Ni siquiera te das cuenta, pero me encanta cuando lo haces. Es una fracción de segundo que se pierde mientras pronuncias una frase, o haces un gesto con las manos. Estaba ahí, siguiendo la línea contínua, y de repente, ha desaparecido. Ha dado un pequeño salto. Es un instante que se desvanece. Yo, lo observo desde lejos, fascinada. Consigues arrancarme una sonrisa en las mañanas de lunes, mientras me escondes los minutos. Luego me paso todo el día buscándolos, intentando adivinar donde van a parar todos esos momentos perdidos.

domingo, 20 de febrero de 2011

espacio


Por favor no me sueltes la mano. No me dejes aquí sola. Me da miedo la oscuridad. Entre el anillo A y el anillo B de Saturno hay un abismo, no voy a ser capaz de saltar. No te vayas. Sobre la superficie de la luna la gravedad es muy débil, no conseguiré estarme quieta y echaré a volar. No me abandones. La nave avanza sin rumbo definido. Desde aquí solo puedo ver un cielo inmenso cuajado de estrellas. Están tan lejos, en otras galaxias. Vamos a la deriva. En este universo infinito, eres lo único que me queda, ahora no puedo perderte. Vuelve. No dejes que te olvide.

lunes, 7 de febrero de 2011

expectativas


Me estoy enamorando de tí como una imbécil. Incapaz de decirte nada, incapaz de mostrarte lo que siento. Incapaz de hacer que me dejes de ver como una extraña. Interpretando cada uno de tus gestos en clave cifrada. Mi desilusión deriva de las altas expectativas que he depositado en tí, cuando tú ni siquiera intuyes lo más mínimo. Y sí, ahora soy yo la que te pide que te quedes conmigo. Pero solo encuentro un silencio infranqueable que se interpone entre los dos. Porque, al fin y al cabo, ¿quién soy yo para pedirte nada?

Me da vértigo. Me estoy enamorando de la peor forma posible:
inventando ficciones para los días de lluvia.

sábado, 5 de febrero de 2011

puntos suspensivos

LadyDesidia


Te lo he dicho millones de veces.
No puedes seguir haciendo esto.
No puedes seguir viviendo en tu propio mundo,
en un universo paralelo.

Tienes la cabeza llena de pájaros.
Debes bajar de vez en cuando,
poner los pies en la tierra.

Comenzar a escribir una historia con palabras,
dejar de coleccionar líneas discontinuas,
dejar de dibujar puntos suspensivos...

lunes, 31 de enero de 2011

frío


Tienes las manos heladas. Siento un escalofrío cada vez que me tocas. A veces me pregunto si sigues viva. Cuando duermo a tu lado, escucho en silencio para comprobar si sigues respirando. Si no te has convertido en un espectro. Si no te has ido. Siempre tienes las manos heladas. A veces me da miedo acercarme a tí, por si se me paraliza el corazón entre tanta escarcha. Por si te deshaces como el hielo. Por si no vuelves, dejándome a la espera de tus gélidos besos. Me da miedo sentir frío sin tí.

sábado, 29 de enero de 2011

equivocaciones


Vuelve a caer en el mísmo error. Siempre se enamora de la persona equivocada. Intenta olvidarlo y pasar página, intenta mirar hacia delante, intenta no pensar en él a cada instante, pero es imposible. Intenta convencerse de todos sus defectos, racionalizar su comportamiento, ser objetiva. Pero el amor no entiende de lógica, y se pierde cada vez que le vuelve a ver. Se pone nerviosa cada vez que le tiene cerca, se bloquea, su torpeza emocional se rebela contra ella, se le acelera el corazón y le falta el aire. Por más que rebusca no encuentra las palabras, no es capaz de hacerlas surgir. Vuelve a los quince años y está paralizada por el vértigo. Sabe que no debe enamorarse de él, pero no puede evitarlo.

viernes, 28 de enero de 2011

bloqueo


No sé lo que me pasa. No tengo ganas de nada. Hace días que las lágrimas me asaltan a traición en cualquier momento, sin previo aviso. Estoy completamente bloqueada, incapaz de dar un paso en ningún sentido. Ni avanzar ni retroceder. Hace mucho que siento que estoy perdiendo el tiempo, que lo dejo escapar entre mis dedos sin hacer nada por evitarlo. Tengo la sensación de ser un auténtico fracaso, de hacer todo mal, en cada uno de los aspectos de mi vida. Tengo la horrible sensación de haber perdido la ilusión, de sentir que ya nada merece la pena.


miércoles, 26 de enero de 2011

cristales 3


Rompes todo lo que tocas. Emponzoñas con tu veneno.
Más te valdría no haber existido, haber sido solo un mal sueño.
Ahora no estaría el suelo cubierto de cristales rotos.

martes, 25 de enero de 2011

cristales 2


No sabes cuánta razón tenías, cuando desde pequeña me repetías que era mala. Ahora me doy cuenta. Ahora que no tiene remedio. ¿Cómo compensar tantos años de malos gestos, de palabras desagradables, de mal humor? Si en la mediocridad del presente no soy capaz de encontrar nada bueno, todos los pensamientos son negativos. No soy capaz de buscar dentro, solo tengo vacío. Cuánta razón tenías cuando me advertías que todo lo que das, recibes a cambio la misma moneda, que el tiempo pone a cada uno en su lugar. Lo tengo merecido, por no haberlo escuchado a tiempo, por haber desperdiciado cada uno de estos 27 años perdidos.

lunes, 24 de enero de 2011

cristales


No puedes apartar los ojos. Lo sostienes entre las manos, con cuidado, es frágil.
Desvías la mirada un instante. Una fracción de segundo. Ya no hay nada.
Se ha hecho añicos. No son más que un puñado de cristales.

jueves, 20 de enero de 2011

envidia


Me gustaría ser una de esas personas que están siempre de buen humor. Que pase lo que pase tienen un gesto amable o una sonrisa. Una persona con la que es fácil convivir. Que aunque tengan problemas reales, son capaces de afrontarlos, y de superar cualquier obstáculo. Que son capaces de canalizar sus sentimientos, la ira, la rabia, y no comérselos hasta que se enquistan dentro. Que aún tienen ilusión y ganas de seguir luchando. Que ven un futuro por delante, y no solo un cielo cubierto de nubes negras. Que no bordean constantemente el abismo, ni sienten una atracción destructiva por el lado oscuro. Que son capaces de valorar lo que tienen, su suerte y de apostar por ella.

No sé si tengo el día tonto, si me he levantado con el pie izquierdo o si tengo las hormonas demasiado revueltas.

martes, 18 de enero de 2011

niebla


Los edificios se difuminan entre luces. La niebla está engullendo la ciudad. Bajo este sol de invierno deambulamos sin rumbo. Te cojo de la mano mientras miro al suelo, intentando ver las baldosas que piso. Me paro bruscamente y te suelto. Titubeo. Te busco entre la niebla. Podrías ser cualquiera. Entre esta niebla que nos convierte en naúfragos urbanos, en personajes secundarios que han perdido su camino. Podrías ser un completo desconocido y ni siquiera me daría cuenta. En este momento, podrías no ser tú, y ni siquiera sabría que te has ido.

lunes, 17 de enero de 2011

báilame el agua


Báilame el agua. Prometo seguirte el juego.
Voy a intentar que todo salga bien, por una vez.
No me dejes volver a estropearlo de nuevo.

viernes, 14 de enero de 2011

inevitable


Otra vez. Fuck!. Lo he vuelto a hacer. Intento evitarlo, pero es imposible. Intento no mirarte a escondidas, pero se me van los ojos. Intento reprimir una sonrisa a destiempo. Intento no bloquearme y poder decirte más de dos palabras coherentes seguidas. Intento no despistarme cada tres nanosegundos. Intento... pero es inevitable.

lunes, 10 de enero de 2011

el tiempo de las cerezas




Estoy despierta, aunque aún es temprano. La luz entra gélida por la cristalera, y es imposible conciliar el sueño. Te observo mientras duermes, bajo las sábanas de la cama deshecha. Me acurruco a tu lado.

Llegará un momento en que se acabará este frío, me digo a media voz. Nos asomaremos a la ventana al despertar, envueltos en el edredón, y ya no veremos el paisaje cubierto de nieve.

Llegarán tiempos mejores...


Será el tiempo de las cerezas.

domingo, 9 de enero de 2011

fantasmas


No me lo recuerdes cada vez. Ya sé que eres el único que puede verme. Cuando me materializo siempre me encuentro con tus ojos, que se sobresaltan al reconocerme, mientras todos los demás me ignoran. Paso desapercibida a excepción de tu mirada. Estoy empezando a pensar que soy solo un producto de tu mente, una proyección de tu imaginación. Un fantasma que vuelve del pasado.

sábado, 8 de enero de 2011

aunque llueva


Llueve, llueve y llueve. Pego la cara a la ventana, para sentir el frío del cristal y ver las gotas resbalando y alcanzándose unas a otras. No ha parado de llover en toda la noche. La ciudad está desapareciendo bajo el diluvio, va a tragarse los edificios. En otro momento te diría que es un día triste y gris. Hoy, te digo que me voy a poner las botas de agua y voy a salir a saltar en los charcos. Que voy a sonreir, aunque llueva.

viernes, 7 de enero de 2011

laboratorio


Guiña los ojos, intentando adaptar su visión a la penumbra de la sala. Bajo la luz roja comienza a distinguir los contornos de los objetos que le rodean. En este momento siempre le viene a la cabeza cuando jugaba a las tinieblas de pequeño. Ahora también podría jugar, si hubiera alguien más aquí, pero está solo en el laboratorio. Ya se ha acostumbrado a la falta de luz, con una mano ajusta la ampliadora, mientras rebusca a tientas un trozo de papel en su carpeta. Abre el portanegativos, introduce la película con cuidado, y aprieta el botón. La imagen proyectada es nítida y perfecta. A pesar de los años que han pasado, le trae muchos recuerdos. Calcula el tiempo con una pequeña prueba, ilumina durante una fracción de segundo y retira el papel. Lo introduce en el líquido. Poco a poco comienza a aparecer la imagen sobre el papel en blanco. Sabe que solo es un proceso químico, pero no puede evitar pensar que es prácticamente magia. Durante un breve espacio de tiempo, solo existe esa imagen. Saca el papel con las pinzas y lo introduce en la siguiente cubeta. Solo unos segundos, para volverlo a sacar de nuevo, y meterlo en la última. Lo deja allí sumergido. Desde el fondo vidrioso, unos ojos profundos parecen mirarle solo a él. Es su propio retrato, el de un niño que ya casi ha olvidado.

jueves, 6 de enero de 2011

experimentos


- ¿Y tú qué tal? ¿Qué tal con éste?
- Pues mal, como siempre.
- ¿Y eso?
- Porque me comporto como una marciana,
y él me mira como si fuera un bicho raro en un laboratorio.
- No le gustan los experimentos. Normal.
- Y así, pues no vamos a ninguna parte.

[conversaciones probables sacadas de contexto, vol.2]

miércoles, 5 de enero de 2011

torbellino


¿No te ha pasado alguna vez que quisieras que todo se parase durante una fracción de segundo? En ese momento ves pasar todo a una velocidad de vértigo: las luces, los colores, las voces... estás dentro de la vorágine. Solo tú ves el movimiento. Que no cunda el pánico. Cierra los ojos un instante. Todo se funde a negro. Todo se vuelve silencio. Solo puedes sentir una infinita tristeza dentro del torbellino. No quieres volver a abrir los ojos, te quieres quedar aquí, para siempre, detenida en el tiempo.

martes, 4 de enero de 2011

postales


En el fondo del armario encontró la caja. La tenía muy olvidada, la escondió hace años, junto a los disfraces de carnavales y las cuentas para hacer collares. Se sentó en el suelo y la colocó con cuidado a su lado. Sabía que abrirla era como destapar la caja de los truenos, darse de bruces con sus recuerdos. Pero aún así lo hizo. Se armó de valor y saltó. Saltó al vacío del pasado. Fue recorriendo con los dedos cada uno de los papeles que sobresalían de la caja, fragmentos de otro tiempo. Estaba llena de postales antiguas. Postales que tú le habías enviado cuando te fuiste. Postales sin firma, que le dejaban adivinar tu paradero. Postales anónimas, en las que ella reconocía tu letra e iba guardando en una caja, por si volvías. Pero nunca regresaste, y un día, dejaron de llegar postales. Ahora colecciona postales de otros, a cada uno de sus amigos les pide únicamente que le envíen una postal de sus viajes. Que la seleccionen entre las demás, le pongan un sello y la echen a un buzón. Postales de multitud de sitios diferentes. Postales que pone en las paredes, o sobre la estantería, pero que no guarda más en ninguna caja. Postales nuevas que llenen el espacio de las postales viejas que nunca llegaste a enviar.

lunes, 3 de enero de 2011

culpable




Sí, lo sé. Solo yo tengo la culpa. Soy culpable de ilusionarme demasiado.
Culpable de imaginarme todo lo que aún no ha sucedido, y quisiera que hubiera pasado. Culpable de esperar que en algún momento termine sucediendo.
Culpable de sentirme triste cuando nada sale según lo planeado.
Culpable de no mantener los pies en la tierra.

Culpable de tener pájaros en la cabeza.

sábado, 1 de enero de 2011

cuéntame...


Te voy a contar un cuento, como a los niños:
Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos..... Pero la princesa se aburría. Entonces, apareció un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire. El enano fue todo un acontecimiento.
"Bravo, bravo", decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír, y el enano, contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido. "Sigue saltando, por favor" dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos.....
Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla, convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. "Ella no es feliz aquí" pensaba el enano. "Yo la cuidaré y la haré reír siempre". El enano recorrió el palacio, buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes. El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.
"Ah estas aquí, qué bien, baila otra vez para mí, por favor". Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso. "Ya no bailará más para vos, princesa" le dijo. "¿Por qué?" preguntó la princesa. "Porque se le ha roto el corazón"
Y la princesa contestó: "De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón".

Y colorín colorado, se nos están acabando las cerillas.

Se busca cuentacuentos, narrador de historias. Realistas abstenerse.
Gracias por su colaboración.

* [cuento "La princesa y el enano" de Oscar Wilde, versión narrada en "Tesis" de A. Amenábar]