No sé qué pasa por tu cabeza. De verdad que he intentado averiguarlo, pero no lo sé. A veces pienso que te aburres, y que yo te distraigo. Otras veces, no puedo ni imaginarme por qué lo haces. Quizás, sencillamente, tú ni te lo plantees, y tal vez, no te reconozcas al leer entre líneas. Pensarás que hablo de un extraño, de alguien que no existe y que me he inventado. Tengo la sensación de que soy como un juguete para tí, un mero entretenimiento para matar el rato. Juegas conmigo, pero he de reconocer, que ni siquiera puedo asegurar, que sea tu pasatiempo favorito.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
domingo, 27 de diciembre de 2009
inercia
lunes, 21 de diciembre de 2009
luces de Navidad
domingo, 20 de diciembre de 2009
te pierdo
Te pierdo. Cada vez te siento más lejos. Como si un muro invisible nos separase cada vez más. Sé que te estoy perdiendo. No es solo la distancia. Te estás desvaneciendo. Es un proceso lento, pero imparable. Poco a poco, hasta que llegues a desaparecer completamente. Comenzó hace un tiempo, cuando cerrabas los ojos al cruzarte conmigo. Cuando dejaste que el silencio se adueñara de nuestras palabras. Cuando decidiste dejar de verme. Cuando decidiste que dejara de existir. Es entonces, cuando comencé a perderte. Porque tú también, quisiste perderme a mí. Y así ahora, somos dos desconocidos que no tienen nada que decirse, entre los que solo hay un profundo vacío imposible de salvar.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
madera
lunes, 14 de diciembre de 2009
personajes secundarios
domingo, 6 de diciembre de 2009
a mi lado
miércoles, 2 de diciembre de 2009
miradas
martes, 1 de diciembre de 2009
voces
lunes, 30 de noviembre de 2009
muñeca de trapo
jueves, 26 de noviembre de 2009
inestabilidad
miércoles, 11 de noviembre de 2009
el muro
martes, 27 de octubre de 2009
presente
Ahora, anclado en este presente perpetuo, solo debes decidir a cual de los dos grupos perteneces.
martes, 13 de octubre de 2009
aviones
Oyes el zumbido infernal de los aviones sobre tu cabeza. Levantas la mirada hacia el cielo. Cierras los ojos lo más fuerte que puedes y te tapas los oídos con las manos. En alguna vida pasada has debido vivir una guerra. Nunca soportaste los aviones. Sientes pánico. Se te ponen los pelos de punta cuando los ves acercarse desde lo lejos. Sobrevuelan la ciudad. Los aviones vuelan cada vez más cerca del suelo. No puedes hacer ningún movimiento. Estás paralizada. Este ruido atronador no tiene fin. Aprietas aún más las manos para dejar de escucharlo. No hay remedio. Está dentro de tu cabeza.
jueves, 1 de octubre de 2009
al azar
lunes, 28 de septiembre de 2009
abajo
jueves, 17 de septiembre de 2009
arena
Bajo el sol, hundes los dedos entre la arena. Levantas un puñado en la mano y poco a poco la dejas caer, como si fuera un reloj. Pero no, aquí no existe el tiempo. Solo el sol. Te miro despacio. Tu piel resplandece, cubierta de pequeñas gotas de agua. Tienes los ojos cerrados. No puedes verme. Pero sabes que estoy aquí, contigo. Me acerco y dibujo con el dedo sobre tu espalda. Tranquilidad. Así me imagino el futuro. Porque el futuro está muy cerca, y allí estamos los dos, jugando como niños con la arena.
miércoles, 9 de septiembre de 2009
incidencias
Estás frente al fax, mirándolo como si fuera una máquina extraterreste, con sus luces verdes y su pitido intermitente. Se enciende la pequeña pantalla y muestra un aviso amenazante: error de conexión, abrir tapa y desatascar papel.
Lo miras fijamente, intentando encontrar la tapa, el papel y apretando todos los botones disponibles, mientras la luz roja no deja de parpadear.
Te asomas a la puerta, buscas al informático y preguntas a media voz:
- Perdona, ¿me ayudas?
- Pon una incidencia.
- (Fuck)
Ahora estáis los dos observando esa máquina salida del infierno. Las luces siguen variando del rojo al verde. El pitido es insoportable. Él toca levemente el lateral del fax. Con excesivo cuidado, casi acariciándolo. Después, de forma brusca, da un golpe seco sobre un punto concreto de la superficie. Se apagan las luces. Apaga y reinicia. Ya está.
Su incidencia ha sido procesada con el número 5347.
martes, 1 de septiembre de 2009
ausencias
Camino despacio por el pasillo. La llave de hierro en mi mano izquierda es un peso liviano al que me aferro, es un pequeño lastre que me arrastra hacia el pasado. Atravieso el umbral a oscuras y llego hasta la salita. Apenas se ve nada, la habitación está en penumbra. Levanto ligeramente la persiana y la luz se cuela poco a poco por las rendijas, casi no puede atravesar las pesadas cortinas. Los objetos cobran forma, ahora puedo distinguir la vieja mesa de madera, con el brasero, y el colosal sillón junto a la ventana. Sobre el asiento aún hay un libro a medio leer; sobre la estantería, unas viejas gafas de metal y una pipa. La muevo entre los dedos, el olor dulzón del tabaco me trae a la memoria demasiados recuerdos. Cierro los ojos y puedo verme allí, envuelta entre humo, entre sombras, sentada sobre la alfombra escuchando una y otra vez las historias que con voz grave y quebrada, brotaban de sus labios. Nos acercaban a otras vidas, nos catapultaban a otros mundos, a otro tiempo que ya no habría de volver. Y el recuerdo de sus palabras llena el espacio donde ahora solo habita la ausencia. Donde ya nunca volverá. Con cuidado, dejo la llave junto al libro, echo un último vistazo a la habitación y en silencio, recorro el camino inverso sobre mis pasos. Salgo y sin volver la vista atrás, cierro la puerta.
[*palabras ilustradas: Igan & ZiRTäeB ]
lunes, 31 de agosto de 2009
random
martes, 11 de agosto de 2009
Lisboa
lunes, 10 de agosto de 2009
lluvia
Llueve. Veo las gotas resbalar por el cristal. Hace un tiempo, dibujaría con un dedo sobre el vaho del vidrio, dentro de unos años, me preocuparé porque los cristales se ensucian. El cielo está plomizo. Llueve y llueve. Ahora solo observo llover tras los cristales. Es una lluvia fina que empapa el suelo. Es una lluvia que cae en silencio. A lo lejos, se ve el resplandor de un relámpago en el cielo, pero el ruido no llega hasta aquí. Entre las nubes se cuelan a veces algunos jirones de sol. Pero sigue lloviendo. Llueve y llueve hasta hacerse de noche. Entonces, abro la ventana de par en par, para sentir el olor a tierra mojada que inunda toda la casa.
jueves, 6 de agosto de 2009
sputnik
- "Sputnik, mi amor" de H. Murakami.
- Sputnik en ruso quiere decir compañero de viaje.
- Lo sé.
- Repítemelo otra vez.
- ¿El qué? ¿Sputnik o mi amor?
[conversaciones imaginarias sacadas de contexto, vol.1]
lunes, 3 de agosto de 2009
esquirlas
Te envuelves en una coraza de acero, acurrucada debajo del metal. Te haces más y más pequeña, diminuta. No dejas que nadie te vea. Solo ves la realidad por una estrecha rendija. Te imaginas un mundo de sombras, donde nada es real, donde nada es mentira. Todo es como lo imaginas. No sabes lo que es la realidad. Te haces más y más pequeña, hasta desaparecer. Hasta que alguien sea capaz de abrir el complicado engranaje, y descubra que allí ya no queda nada. Que te volviste frágil como el cristal, y te hiciste añicos con un soplo de brisa. Que ahora solo quedan allí minúsculas esquirlas de vidrio.
jueves, 30 de julio de 2009
mercado de abastos
lunes, 27 de julio de 2009
celos
Ningún sentimiento tan absurdamente irracional y tan atroz como los celos.
He pasado la noche dando vueltas en la cama sin conseguir dormir, pensando en tus palabras, imaginando tus caricias, recordando tus ojos claros mirándome con deseo y tus manos recorriendo cada centímetro de mi piel. Pero es demasiado tarde, y ya solo puedo sentir tu ausencia, y esta mezcla de rabia y tristeza sin sentido.
viernes, 24 de julio de 2009
hechizo
Recuerdo que de pequeñas jugábamos a hacer magia. Era muy divertido, porque mis primos, algo mayores que nosotras, nos seguían la corriente, fingían caer en nuestros hechizos y cumplían nuestras órdenes como sumisos esclavos. En esos instantes, y aún siendo un poco consciente del engaño, te sentías poderosa. En esas tardes de sol y aburrimiento, te complacías observando la capacidad de tus superpoderes e incluso podrías vislumbrar un futuro no muy lejano, en el que contribuías a la salvación del mundo frente a diversas y horripilantes catástrofes. Tal vez tan solo era un juego de niños, pero son esas pequeñas cosas las que con el paso del tiempo rescatas en la memoria. Ahora me doy cuenta de cuanto agradezco haber vivido una infancia alejada de ordenadores, videoconsolas y cachivaches mecánicos de diversa índole, y poder haber sido feliz con cosas tan absurdas como una caja de cartón y un poco de imaginación.
viernes, 17 de julio de 2009
papiroflexia
Cuando seamos mayores enseñaremos a nuestros niños a hacer origami, para que descubran ellos también el placer de entretenerse con algo tan sencillo como una simple hoja de papel.
miércoles, 15 de julio de 2009
mi ciudad contigo
Sé que echaré de menos estos atardeceres en la ciudad. Patear el asfalto, perderme entre las callejuelas. Descubrir pequeños detalles perdidos en los que nadie se fija.
Pasaría tardes enteras mirándote a hurtadillas, sin necesidad de decirte nada, sintiéndote a mi lado. Perdería todo el tiempo del mundo escuchando tus historias, revolviéndote el pelo entre mis dedos, mientras a lo lejos se oye la banda sonora de esta ciudad, los músicos callejeros.
Pero todo esto únicamente lo imagino, mientras recorro sola cada una de sus calles.
Sé que añoraré compartir mi Madrid contigo.
lunes, 13 de julio de 2009
luces estroboscópicas
Luz. Oscuridad. Destellos. Oscuridad. Luz. Te mueves al ritmo de la música. Apareces y desapareces en cortos intervalos. La luz diabólica te ilumina y en fracciones de segundo te devuelve a las tinieblas. Luz. Oscuridad. Colores. Juegas conmigo. Te mueves de forma frenética. Sonríes. Desapareces en las sombras. Te acercas. Vuelves a desaparecer. Me miras desde lo lejos. Luz. Oscuridad. Luz. Oscuridad. Ruido. Luz. Oscuridad. Me susurras al oído. Luz. Oscuridad. Bailas para mí. Luz. Oscuridad. Luz. Desapareces. Luz. Me coges de la mano y me arrastras por el túnel de gente. Luz. Oscuridad. Salimos a la calle. Me besas. Oscuridad total.
sábado, 11 de julio de 2009
música
Te veo sobre el escenario, sentado tranquilo frente al micrófono, entonando con tu voz melodiosa. Susurras las palabras como si no hubiera nadie más en la sala. Son tu victoria frente al silencio. No ves al público, solo sonríes, concentrado en la música. Y en ese momento te deseo. Deseo que me hables despacio al oído, que cantes solo para mí. Que me hipnotices con tus palabras mágicas. Que rompas la barrera del silencio para mí, más tarde, cuando estemos solo los dos. Que esto solo sea el principio del hechizo. Que sigas siendo una caja de sorpresas.
martes, 7 de julio de 2009
explosión
domingo, 5 de julio de 2009
katiuskas
Te cuento lo que me pasa por la cabeza y sonríes. Me dices que soy imposible, y que nunca voy a cambiar. Que me busco los problemas donde todo podría ser fácil. Que necesito una certeza que no es posible conseguir, y que las dudas siempre estarán ahí, que nadie me va a ofrecer un contrato firmado para la posteridad. Que quiero una seguridad que no existe. Que él tiene todo el interés por mí que puede tener con lo poco que me conoce, que de otro modo, su comportamiento sería de psicópata. Me dices que esto es solo una pataleta absurda de niña caprichosa, que no me puedo enfadar solo porque un día no me haga caso, si yo tampoco le he ofrecido nada a cambio, él no puede adivinar lo que pienso. Me dices todo esto, abriéndome los ojos. Que somos dos idiotas, que ninguno sabe lo que en realidad quiere el otro, y ninguno se atreve a dar un paso más. Porque no sabemos si nos gana el miedo o la cabezonería de no dar nuestro brazo a torcer. Y sé que tienes razón, toda la razón del mundo. Pero en estos momentos, me siento como una niña pequeña con katiuskas metida hasta las rodillas en un charco bajo la lluvia. Y sé que tienes razón, pero no lo puedo evitar, sigo metida en el charco y la lluvia me está calando hasta los huesos.
viernes, 3 de julio de 2009
oscuridad
En la penumbra solo un punto de tu frágil cuerpo esta iluminado. La débil luz que entra por el ventanuco alcanza de pleno tu cuello blanco. Los rayos de luz inciden sobre tu piel haciéndola parecer casi transparente. Se oye un ruido. Mueves tu cabeza hacia un lado, dejando caer tus rizos castaños sobre el hombro izquierdo y tensando aún más los músculos de tu espalda. Con este movimiento dejas al descubierto tu dulce garganta desprotegida. Te miro a los ojos, tú no me puedes ver en la oscuridad, pero sí sentir. Se adivina el miedo en tu mirada. Estás alerta, paralizada por el terror, solo tu respiración es agitada y desacompasada. Entreabres los labios, para buscar la última bocanada de aire, y yo solo oigo tu corazón palpitar acelerado, deseando probar la sangre que brota en cada latido.
lunes, 29 de junio de 2009
conversaciones frente a un microondas
- ¿Café solo?
- Sí.
- ¿Más?
- No, que luego no duermo.
- ¿Tienes insomnio?
- Sí.
- ¿Y qué haces? ¿Piensas en mí?
- ...
[diálogos del principio]
sábado, 27 de junio de 2009
autobuses
jueves, 25 de junio de 2009
nuca
miércoles, 17 de junio de 2009
entrevistas
Te sientan en una habitación vacía, en una mesa inmensa con una silla y un bolígrafo. Una hoja con un test interminable. Treinta minutos. Preguntas que se repiten una y otra vez con diferentes versiones. Preguntas trampa para comprobar tu nivel de tendencia a la mentira. Preguntas con truco. Preguntas estúpidas en las que ninguna respuesta es válida. Preguntas en las que todas las respuestas son correctas. Preguntas en las que te gustaría escribir una opción C que no existe. O una nota al pie para preguntarles si creen que tienes problemas mentales para elegir entre una de las respuestas propuestas. ¿Es que acaso quieren que comiences a pintar series de tres seises y cruces invertidas en los márgenes del folio? ¿O que firmes con tu propia sangre sobre el papel en blanco? ¿O que te levantes de la mesa y hagas trizas su maldita hoja llena de estupideces? Pero no haces nada de eso. Simplemente te imaginas en tu cabeza pequeñas venganzas contra ellos. Mientras, rellenas con tinta azul las casillas de cada una de las preguntas. Cuando terminas, sales de la habitación, entregas tu hoja amablemente al entrevistador y te despides con una sonrisa.
Otra entrevista más.
Otra entrevista más.
sábado, 13 de junio de 2009
besos de cereza
Busco en mi bolso el cacao de cerezas. Tras revolver todo, lo encuentro y lo saco. Lo abro lentamente y me lo acerco a los labios, mientras tú me miras ansioso. Has perdido el hilo de lo que decías por desviar tu mirada hacia mi boca. Es de cereza, te digo, rompiendo el silencio, huele muy bien. Y sabe mejor, pienso, pero no te lo puedo decir delante de todos. Veo en tus ojos que aún no sabes leer entre líneas, que aún no sabes descifrar mis palabras. Pero no sé si me da más miedo tener esta certeza, o sospechar que algún día, no muy lejano, cambien las cosas, y tal vez, me quieras.
martes, 9 de junio de 2009
reflejos truncados
sábado, 6 de junio de 2009
orden cuadriculado
Hasta que un día, merendando en la cocina, con tus galletas ordenadas en fila a un lado de la mesa, y la mermelada y la cuchara en el otro, sin previo aviso, la persona que tienes enfrente, comenta a modo de broma, que pones las galletas en línea, y que cuando tengas un novio le vas a dejar que te bese exclusivamente en horario de 8 a 10.
Ese es el momento en el que te planteas que tu vida es más cuadriculada de lo que quisieras, que tal vez hayas dejado de vivir para seguir manteniendo en pie esas cuatro paredes que forman tu celda, has dejado de escribir para no manchar de tinta el papel en blanco, has dejado de pensar para no verbalizar tus propias ideas, has dejado de sentir para que no fluya la sangre por tus venas. Has dejado de existir para no desordenar el espacio.
domingo, 31 de mayo de 2009
tormentas eléctricas
Cada vez que veo nublarse el cielo me viene a la cabeza una imagen de mi niñez. Cuando había tormenta, una de esas tormentas eléctricas con rayos y truenos, mamá, que les tiene pánico, cerraba todas las puertas y ventanas de la casa, bajaba las persianas y nos dejaba en la más absoluta oscuridad. Nos juntaba a todos en su habitación, tapaba los espejos para evitar el más mínimo reflejo de los relámpagos y nos metía a todos con ella en la cama. Allí rezaba a Santa Bárbara, aunque esta oración nunca nos la aprendimos bien, así que preferíamos la de San Gregorio, que a fuerza de escucharla nos sabíamos de memoria. Y allí estábamos todos entre tinieblas, murmurando y esperando el sonido inesperado de los truenos, ese sonido atronador y el estallido de los rayos, que hacían temblar todo el edificio, esas tormentas que estuviésemos donde estuviésemos, siempre estaban encima nuestra. Hasta que alguno de nosotros, se escabullía de la habitación, e iba hasta el baño, la única estancia de la casa sin persianas, y se asomaba de puntillas, para observar, fascinado, el cielo iluminado por relámpagos inmensos, la luz terrible de los rayos, el sonido que seguía inevitablemente a cada descarga. Allí abría tímidamente la ventana, para sentir el repiqueteo de la lluvia sobre los cristales, y que el olor a tierra mojada, el aire más limpio tras la tormenta, inundara toda la casa.
viernes, 29 de mayo de 2009
fotocopias
Estoy en la fotocopiadora, adormilada. Es demasiado temprano. Apenas hay cuatro o cinco personas en la oficina, aún no ha comenzado el bullicio de cada día. Pasas por detrás de mí y no me saludas. Ni siquiera te miro, pero sé que estás ahí, sonriendo. Te aproximas, acercas tus labios a mi nuca, me susurras al oido, se eriza cada centímetro de mi piel, siento un escalofrío. Con una mano me coges de la cintura y con otra me quitas el papel de entre los dedos. Me empujas hacia la máquina, de espaldas contra tí, pones la hoja sobre la superficie de cristal, bajas la tapa sujetando mi mano con la tuya y me rozas levemente el lóbulo de la oreja mientras aprietas el botón de copia. Una débil luz verde nos ilumina, solo por un instante. Coges el folio, me sueltas la mano y te separas. Noto mi respiración desacompasada, el pulso acelerado. Te alejas por el pasillo. No ha pasado nada. Ha sido tan breve. Queda entre nosotros dos, entre tú y yo. Nadie se ha dado cuenta de nada. Es aún demasiado temprano, por la mañana.
miércoles, 27 de mayo de 2009
de camino
Caminar es catártico. Un paso, otro paso, un pie, otro pie. Puedes ir escuchando música, o prestar atención al ruido a tu alrededor, el tráfico, las voces de las personas que se cruzan contigo, fragmentos de conversaciones, tus propios pensamientos.
Observas la calle, a la gente, cómo cambia, cómo pasa el tiempo, como sigue la vida en la ciudad. Ves a esa chica, tan pequeña y tan maquillada, te horroriza, pero recuerdas cómo te sentías a su edad, cuando te pintabas los labios de granate y te ponías tacones creyéndote mayor. O a esa pareja, una imagen desoladora, ella abrazada a él, sin soltarlo un instante, y él con los ojos abiertos, mirando hacia fuera, deseando escapar de esa prisión. O a ese anciano, que va caminando despacio, con su bastón, concentrado en cada uno de los movimientos que debe hacer para seguir andando.
Te mueves despacio, te abruman tantos detalles en los que habitualmente no te hubieras fijado, dejas de sentir tu cuerpo, te abstraes, solo sientes tus pasos, uno tras otro, solo ves el camino. Ya ni siquiera oyes lo que piensas, tu mente está en blanco. Te vuelves invisible. Observas, escuchas, te fundes con el aire, aún queda recorrido. Un pie, otro pie... catarsis cotidiana.
Observas la calle, a la gente, cómo cambia, cómo pasa el tiempo, como sigue la vida en la ciudad. Ves a esa chica, tan pequeña y tan maquillada, te horroriza, pero recuerdas cómo te sentías a su edad, cuando te pintabas los labios de granate y te ponías tacones creyéndote mayor. O a esa pareja, una imagen desoladora, ella abrazada a él, sin soltarlo un instante, y él con los ojos abiertos, mirando hacia fuera, deseando escapar de esa prisión. O a ese anciano, que va caminando despacio, con su bastón, concentrado en cada uno de los movimientos que debe hacer para seguir andando.
Te mueves despacio, te abruman tantos detalles en los que habitualmente no te hubieras fijado, dejas de sentir tu cuerpo, te abstraes, solo sientes tus pasos, uno tras otro, solo ves el camino. Ya ni siquiera oyes lo que piensas, tu mente está en blanco. Te vuelves invisible. Observas, escuchas, te fundes con el aire, aún queda recorrido. Un pie, otro pie... catarsis cotidiana.
martes, 26 de mayo de 2009
clase B
Una compañera de trabajo, que para este texto denominaremos L. (siempre quise tener un estúpido diario con iniciales y puntos, en vez de nombres) nos contó la teoría que había elaborado un amigo suyo (sí, en el remoto caso de que leas esto, puede ser tu teoría, amigo desconocido de mi compañera) sobre los tipos de parejas que existen.
Hay fundamentalmente tres tipos de parejas: clase A, los extra-guapos, populares y perfectos seres, esa élite de super-humanos que solo encontramos en el celuloide o en lo más recóndito de nuestra imaginación, cuya imagen sirve para torturarnos eternamente al resto de los mortales. Clase B, a la que pertenece el 90% de la población, gente normal y corriente, ni demasiado guapos, ni demasiado feos, con su encanto, su atractivo, como dice L., cada uno tiene su público. Por último está la clase C, esas parejas raras, nacidas no se sabe si fruto del hastío o de la resignación, donde cada miembro del dúo piensa "me da menos asco él a mí que yo a él", esa gente rara, en el peor sentido de la palabra, inadaptados sociales, conscientes o no de su propia situación.
Tras un momento de reflexión, porque a pesar de las risas, la teoría parecía bastante válida, reclamamos la existencia de las parejas mixtas, que a nuestro juicio también existen, movidas por ocultos intereses que para nosotros oscilaban entre el dinero, el poder y otras perversiones, aunque para L. quedaban claramente relegadas a mezclas entre los dos primeros grupos, y bajo ningún concepto, híbridos con el tercero.
Con un punto de inquietud, preguntamos al unísono: "¿Pertenecemos a la clase B, verdad L.?".
Hay fundamentalmente tres tipos de parejas: clase A, los extra-guapos, populares y perfectos seres, esa élite de super-humanos que solo encontramos en el celuloide o en lo más recóndito de nuestra imaginación, cuya imagen sirve para torturarnos eternamente al resto de los mortales. Clase B, a la que pertenece el 90% de la población, gente normal y corriente, ni demasiado guapos, ni demasiado feos, con su encanto, su atractivo, como dice L., cada uno tiene su público. Por último está la clase C, esas parejas raras, nacidas no se sabe si fruto del hastío o de la resignación, donde cada miembro del dúo piensa "me da menos asco él a mí que yo a él", esa gente rara, en el peor sentido de la palabra, inadaptados sociales, conscientes o no de su propia situación.
Tras un momento de reflexión, porque a pesar de las risas, la teoría parecía bastante válida, reclamamos la existencia de las parejas mixtas, que a nuestro juicio también existen, movidas por ocultos intereses que para nosotros oscilaban entre el dinero, el poder y otras perversiones, aunque para L. quedaban claramente relegadas a mezclas entre los dos primeros grupos, y bajo ningún concepto, híbridos con el tercero.
Con un punto de inquietud, preguntamos al unísono: "¿Pertenecemos a la clase B, verdad L.?".
domingo, 24 de mayo de 2009
femme fatale
Me gustaría que fueras mala, que hicieras daño con premeditación y alevosía, con verdadera intención, y no apenas sin darte cuenta, con tu despistado aire de femme fatale, de ingenua seductora devorahombres, ya que así, podría odiarte con tranquilidad, sin remordimientos ni sentimientos de culpa de ningún tipo. A ratos me gustaría que fueras consciente de tu lado oscuro, ya que así podría odiarte a gusto, así podría, yo también, saborear la venganza y disfrutar de mi propia maldad.
miércoles, 20 de mayo de 2009
un mediodía cualquiera
martes, 19 de mayo de 2009
metereología
El pronóstico del tiempo para hoy anuncia lluvias intermitentes y episodios de irascibilidad variable. Asómate a la ventana y dime que no es eso lo que ves, sino un sol radiante e instantes inolvidables con intervalos de entusiasmo. Sorpréndeme con una sola palabra, como hacías antes. Llévame de la mano a un lugar muy lejano. Hazme reir. Devuélveme la ilusión en un día gris.
domingo, 10 de mayo de 2009
receta de bizcocho
sábado, 9 de mayo de 2009
desde su ventana
jueves, 7 de mayo de 2009
biblioteca
miércoles, 6 de mayo de 2009
ascensores
domingo, 3 de mayo de 2009
horóscopo
Es tarde. No has dormido apenas esta noche, y es tarde. Apenas entra luz por las ventanas, debe ser una mañana plomiza. Oyes el agua golpear en los cristales. Llueve. Te levantas y vas a la cocina. Se han quemado las tostadas. El café está frío. No queda azúcar. Coges un periódico atrasado, y comienzas a leerlo. Empiezas por el final, es un manía que tienes desde pequeña. Lo abres y buscas el horóscopo del día (probablemente, de ayer). "Te querrán en la sombra" dice. Pues ya es hora de que salgan a la luz, piensas mientras masticas. Tampoco queda mermelada de naranja. Llueve. Es tarde.
sábado, 2 de mayo de 2009
sombras chinas
Juegas con la luz. Juegas conmigo. Por un momento te crees el amo del universo. No escuchas, solo hablas, multitud de palabras salen de tus labios. Juegas con tus manos, creas historias, manipulas a los personajes, son sombras chinas sobre la pared. No puedo participar. Solo me dejas ser una mera espectadora, a la que esperas deslumbrar con tus trucos de trilero. No eres más que un charlatán, que cree saberlo todo. No dejas entrar a nadie en tu mundo, pero tampoco les dejas escapar. Somos para tí como esas figuras de sombras, que haces y deshaces a tu antojo, marionetas que tú manejas. Pero el hechizo no es eterno. Te miro y no me ves. Te hablo y no me oyes. Me levanto y no te dignas a mirarme. Apago la luz de la lamparita y salgo por la puerta. Se acabó el juego. Ahora todo está a oscuras. Me voy, tal vez no vuelva nunca, y tú sigues igual, ni siquiera eres capaz de decirme adiós.
viernes, 1 de mayo de 2009
discusiones
En mitad de una discusión, al igual que en el fragor de la batalla, sale a relucir la verdadera personalidad. Se ve el carácter, lo que se trata de ocultar cuando nos encontramos en una situación normal, se ve el ingenio, la capacidad de respuesta, la forma de argumentar las propias opiniones, la argucias para convencer al otro y hacer valer tus razonamientos. Se demuestra si eres capaz de escuchar a tu adversario y adaptar tus ideas, de combatir con palabras en vez de convertir el diálogo en un soliloquio enajenado: es la supervivencia del más fuerte en la lucha dialéctica.
Me has defraudado con tu forma de discutir, estás perdiendo puntos, chico desconocido.
miércoles, 29 de abril de 2009
horario laboral
Intento disimular los nervios, y hablo con los demás fingiendo que no pasa nada, pero en realidad procuro no perder detalle de cada uno de tus movimientos. Te observo a hurtadillas, sin atreverme a dirigirte ni una sola palabra. Solamente mis ojos buscan tu ojos, mientras tú pareces ignorarme. Pocas veces se cruzan nuestras miradas. Sin embargo, aunque tú no lo quieras reconocer, yo sé que también me buscas.
Muchas veces te imagino en otro contexto, fuera de estas cuatro paredes, más allá de esta oficina, pero entonces tu figura se desdibuja, como si fueras un ente anclado a este espacio, un espectro que no tiene cabida fuera de aquí. Tal vez fuera, ya no serías tú. Seríamos otro tú y otro yo, pero ya no seríamos los mismos, ya no seríamos nosotros dos.
Entonces, tras unos breves instantes, vuelvo a mis pensamientos circulares, me alejo y sigo esperando cruzarme contigo por un estrecho pasillo, donde me saludes con fría cortesía, mientras yo te devuelvo una sonrisa tímida. Sigo esperando verte en la cocina, compartiendo en silencio una taza de café. Sigo esperando que avances algún paso hacia mí, que muevas ficha en este tablero imaginario.
Y así se pasa el tiempo. Termina otra jornada, una más, y apenas nada ha cambiado. Salgo del edificio esperando volver a ver tu silueta en el portal, o en la calle, fumando un cigarrillo tras otro con aire despistado, convirtiendo en humo los problemas del día. Transformando en palabras vacías todo lo que yo no soy capaz de decir.
domingo, 26 de abril de 2009
despertar
miércoles, 22 de abril de 2009
una pequeña venganza de la realidad
5. malos presagios
[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]
martes, 21 de abril de 2009
manos
lunes, 20 de abril de 2009
cuentos
domingo, 19 de abril de 2009
tormenta
Mira a su alrededor y solo ve oscuridad. Un relámpago ilumina toda la calle. Instantes después, el sonido de un trueno la sobresalta. No hay nadie más. Está sola en medio de la tormenta. El cielo, es un lienzo manchado de grises. Es una masa compacta que se va a abalanzar sobre ella. De pronto, explota, con un sonido atronador. Se derrumba sobre la ciudad. Comienza a llover. A diluviar. Ella ha parado de correr, se detiene, y deja que las gotas de lluvia se confundan con sus propias lágrimas. En este preciso instante, está convencida de que después de la tempestad, llegará la calma. Tal vez no sepa cuando, pero tiene la certeza de que en algún momento, llegará.
jueves, 16 de abril de 2009
de madrugada
martes, 14 de abril de 2009
como en casa
- Difícil elección, ¿no crees? Además, no conozco ninguna de esas tres ciudades – contestó tras una pausa. No se esperaba esa pregunta que no venía a cuento.
- Venga, si te tuvieras que ir a vivir a una de las tres, ¿cuál elegirías? Tienes que decir una – insistió.
- Pues a ver, en Berlín hablan alemán, y no entendería nada… en París debe hacer mucho frío en invierno, y yo soy muy friolera… en Roma… no sé.
- ¿Entonces te irías a Roma? ¡Viva l’Italia! – y se rió.
- No, a Roma no. Si es que no te enteras de nada. Me iría a Berlín. Allí también debe hacer mucho frío en invierno, por lo que no saldría demasiado a la calle. Y no entendería a nadie ni nadie me entendería. – se quedó en silencio unos segundos con el rostro serio y la mirada abstraída, y luego añadió – Nada que no ocurra ya aquí. Sería como estar en casa, supongo.
[* microrrelato por smiler]
lunes, 13 de abril de 2009
terror
viernes, 10 de abril de 2009
miércoles, 8 de abril de 2009
insomnio
lunes, 6 de abril de 2009
azotea
domingo, 5 de abril de 2009
fotografía
Así, se quedó dormida, mientras sostenía entre sus dedos un pequeño trozo de papel. Una fotografía en blanco y negro, la prueba de que no todo había sido un mal sueño, un retrato que le había robado un pedazo de alma.
jueves, 2 de abril de 2009
sala de exposiciones
Resuenan mis pasos en la sala vacía, tan silenciosa, con las fotografías perfectamente alineadas en las paredes, blanquísimas. Todos se mueven como espectros, vagando de una o otra, deteniéndose a observar cada detalle, escudriñándo la imagen y pensando para sí mísmos, o completando un monólogo sin voz.
Unas palabras, del fantasma que discurre delante de mí, y se ha parado a mi izquierda, me sobresaltan:
- Es curioso. No dejo de mirarla y es imposible. No puede verse en una misma ventana dos imágenes reales.
- No, obviamente no es posible. Es una paradoja visual.
Y tal vez, si no me hubiera dicho esto, con las prisas, no me habría fijado en ese absurdo.
miércoles, 1 de abril de 2009
en la orilla del mar
Para construir ciudades efímeras en la orilla, que duran lo que tardan las olas en destruir los castillos de arena.
lunes, 30 de marzo de 2009
una pequeña venganza de la realidad
Has vuelto a llamar a mi puerta. Has vuelto a invitarme a café. Estoy sentada junto a ti, descalza, en un banco del jardín. El sol calienta mi cara y tú contemplas despacio, con los ojos entornados, mi desperezar de gata somnolienta. Fumas un cigarro y me cuentas cómo llovía aquél otoño en Roma. Desearía congelar ese momento en el tiempo. Será l´amor fou.
No me habías dicho que te ibas fuera una semana. Por eso la sorpresa no ha dejado paso aún a la tristeza. Ayer, cuando lo supe, empecé a pensar en algo que pudieras llevar contigo y esta mañana he corrido a la librería para comprar ese libro que ahora llevas en tu maleta. Al principio lo olvidé. Los nervios hicieron que olvidara también las llaves del coche y que mis pies confundiesen los zapatos cuando apareciste en el despacho. Será l´amor fou.
Tuve que subir a buscarte y hacerte gestos desde la puerta para que me acompañases a un recodo de las escaleras. Resguardados de las miradas ajenas, recompongo mi gesto de niña dulce mientras te enseño la bolsa que contiene mi pequeño presente. Tus ojos no pueden agrandarse más. De súbito, me alzas del suelo y me das un beso fuerte en cada mejilla. Me empiezo a marear. Veo que un grupo de gente se aproxima a nosotros. Te empujo hacia una esquina en penumbra y entonces noto tu aliento en mi cuello y tu cara frente a la mía. Simplemente, me olvido de respirar. Por segunda vez, tu barba acaricia con suavidad mis mejillas y siento que mis pies no tocan el suelo. Consigo zafarme y balbuciendo algo incomprensible escapo a la carrera por las escaleras. No paro de pensar cómo he llegado a esa situación. Será l´amor fou.
Por encima del borde de mi taza te pedí que me enviases una postal. Confío en que me llegará. La sonrisa que me la prometió, aunque nada sabía aún, ya me resulta muy familiar. Será l´amor fou.
[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]
domingo, 29 de marzo de 2009
aquel sitio al que nunca supe volver
viernes, 27 de marzo de 2009
tu voz perdida
Pero ahora que has vuelto, ahora que tu voz está de nuevo aquí conmigo, voy a escucharte todo el tiempo del mundo. Rompe el silencio con tus palabras mágicas. Cuéntame todo otra vez. Ahora, cuéntame un cuento para noches de insomnio, o mejor, cántame una nana hasta quedarme dormida. Cántame despacio al oído, que yo te escucho a través del silencio, y entre los sueños.
lunes, 23 de marzo de 2009
superhéroes
-¿Y si pudieras serlo, qué poderes elegirías?
- El teletransporte.
- Pues yo preferiría ser invisible.
Ésta es una de las conversaciones más cuerdas que se puede tener en la oficina un lunes a las 9:37 de la mañana.
jueves, 19 de marzo de 2009
la niña asterisco
Después de aquello, de aquel desastre, decidió sustituirlo. Buscó en la caja de las letras, los números y los símbolos, y encontró un asterisco, seguro más difícil de romper que su antiguo corazón. Sin embargo, con aquel signo, cada vez era capaz de sentir menos: ya no tenía sentimientos buenos. La niña asterisco se volvió cada vez más egocéntrica, y por ello, cada vez más egoísta. Ahora no podía ver más allá de su ombligo, y de verdad pensaba que todo el universo giraba en torno a ella.
Además, la niña asterisco estaba hecha un lío. No sabía que iba a ser de su vida, era incapaz de decidir sobre nada ni de superar el pasado ni de afrontar el futuro. No podía vivir tampoco en el presente. Estaba inmersa en una terrible espiral, sin salida, en un laberinto diabólico. La niña asterisco era también una hipocondriaca, a ella le daba miedo absolutamente todo. Le daba miedo la vida, le daba miedo la muerte.
La niña asterisco no sabía en que momento se había truncado su existencia. Solo sabía que entonces había decidido no escuchar, ni ver, ni hablar más. Se había aislado en una burbuja. En un mundo imaginario. En sí misma...Y ahora su vida pasaba lentamente, sin sentido, monótona y monocroma como una tortura de fotogramas encadenados en blanco y negro.Y como toda situación insostenible, llegó a su fin.
Podría decir que la niña asterisco desapareció, y que si miráis al cielo veréis que hay una estrella, que no destaca especialmente entre las demás y que no es un simple punto de luz, sino un pequeño asterisco. Pero sería demasiado melodramático. Lo cierto es que prefirió convertirse en algo útil, y ahora se encuentra ahí, al alcance de la mano, en la parte derecha del teclado del ordenador, y con la ayuda de otras teclas complementarias, es utilizada en casos excepcionales, peculiares, o que merecen una explicación aparte...
miércoles, 18 de marzo de 2009
cibersexo
Cada palabra que veo escrita es como un susurro en mis oídos, cada letra que se desliza sobre el blanco de la pantalla es una caricia sobre mi piel, con cada nueva línea va subiendo la temperatura, y cada parpadeo naranja de la pantalla, me hace imaginar todo lo que nos queda por contar. Cada vez que pulsas una tecla es un suspiro, cada silencio, una agonía.
La incertidumbre de unos segundos en vacío, a la espera de la continuación de la historia, la mirada fija en el ordenador, se rompe cuando unas manos me tapan suavemente los ojos, me cogen la mano del teclado, me retiran el pelo de la cara, y me cubren de besos el cuello y la espalda, muy despacio, me desnudan poco a poco, tal y como habíamos estado imaginando.
Y es que de vez en cuando, nos gusta volver al pasado, a la inquietud del principio, a nuestras largas conversaciones de insomnes, a nuestras vivencias compartidas, como cuando aún nuestros caminos no se habían cruzado, como cuando aún no vivíamos en la misma casa.
martes, 17 de marzo de 2009
seis historias bilingües
lunes, 16 de marzo de 2009
una pequeña venganza de la realidad
Estás en la biblioteca, sumida en tus pensamientos, es una tarde completamente anodina. Tras la actividad frenética de los exámenes, esta época de tranquilidad absoluta se convierte en tedio mortal. El silencio pesa, se palpa en el aire. A veces te da miedo moverte, hacer el más mínimo ruido, sobre todo cuando se acerca la hora del cierre. Pero entonces llega él, en el último minuto, cuando ya has apagado el ordenador. Lo siento, no puedo ayudarte, ya es demasiado tarde, tendrás que volver mañana. Sus gestos muestran perplejidad, por un lado, está contrariado, por otro lado, como bien intuyes, está deseando que sea mañana, que le hayas brindado una excusa para volverte a ver, que le des la oportunidad de intentarlo de nuevo. Mañana esperarás impaciente, mirando hacia la entrada, con un revoloteo de mariposas en el estómago cada vez que se entorna la puerta, con la cabeza anticipando lo que habrá de ocurrir. Mañana le propondrás tomar un café. Mañana, todo sucederá a partir de mañana.
[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]
espectadores
Porque los cambios dan miedo, y en el fondo, los dos, siempre fuimos un poco cobardes. Nos gustaría no estar aquí, frente a un café, con una mesa que nos separa. Pero tenemos pánico a saltar al vacío, no vaya a ser que después del abismo haya un complicado laberinto que recorrer.
¿En qué momento nos convertimos en espectadores de nuestra propia vida? ¿Cuándo dejamos de ser los protagonistas?
Como leí alguna vez en algún sitio, las metáforas son peligrosas, el amor puede surgir de una sola metáfora.
No sé, tal vez todo esto es solo lo que yo siento. Tal vez tú ni siquiera quieras saltar conmigo. No lo sé. Nunca se me dio bien adivinar lo que piensas.
domingo, 15 de marzo de 2009
veintitrés días
Suena el teléfono y eres tú. Han pasado veintitrés días.
Nos separan cientos de kilómetros desde aquel momento, y has dejado pasar veintitrés interminables días, cuando hasta hace nada, hablábamos cada noche. Cuando hasta hace nada, no podías dejar pasar 24h sin oir mi voz.
- Te echo de menos.
- Yo no.
- Te quiero.
- Yo no.
- ¿Volverás a llamarme?
- No.
Nos separan cientos de kilómetros desde aquel momento, y has dejado pasar veintitrés interminables días, cuando hasta hace nada, hablábamos cada noche. Cuando hasta hace nada, no podías dejar pasar 24h sin oir mi voz.
- Te echo de menos.
- Yo no.
- Te quiero.
- Yo no.
- ¿Volverás a llamarme?
- No.
sábado, 14 de marzo de 2009
no te das cuenta
a ella nunca la vas a tener, y a mí, pronto vas a perderme.
Si es que no me has perdido ya.
viernes, 13 de marzo de 2009
viajes al azar
"Every you and every me" de Placebo.
Quizás haya aún, algo que hacer entre tú y yo.
jueves, 12 de marzo de 2009
besos de hielo
miércoles, 11 de marzo de 2009
plenilunio
Y tus palabras me hicieron mirar fijamente esa enorme luna, hipnotizándome al instante. Con la mirada perdida en el cielo, comencé a sentir cómo cambiaba mi fisonomía: poco a poco se agudizaba mi oído, veía con más nitidez, mis colmillos se afilaban, y se erizaban todos los vellos de mi cuerpo, hasta explotar de ira.
Porque cuando tú me dices luna, vuelvo a pensar, de nuevo, licantropía.
martes, 10 de marzo de 2009
imaginario
lunes, 9 de marzo de 2009
melancolía de lunes
No sabes bien por qué sientes una tristeza tan desoladora, sin motivos para estar triste.
Te metes en la ducha, y dejas que las gotas de agua resbalen por tu piel, como manos que lentamente acarician tu espalda. Quisieras gritar, pero de tu boca no sale ni una sola palabra.
Caminas despacio por la calle, apretando los labios para evitar que las lágrimas comiencen a rodar por tus mejillas. Dirigir tus pasos sin rumbo hacia ninguna parte siempre ha tenido un efecto catártico sobre tí.
Lo intentas una y otra vez, pero hoy no das pie con bola.
- ¿Estás enamorada? - te pregunto.
Palideces y niegas con la cabeza.
Será el plenilunio, y esta absurda melancolía de lunes.
una pequeña venganza de la realidad
Desde fuera la historia es divertida: jugamos a un juego al que yo no se si sabes que jugamos. Intuyo que sí, que lo sabes. Solo que mueves tus fichas con un mayor cuidado. Eso es de buen jugador. Ir cubriendo las apuestas. Poner cara de póquer. No dejarse impresionar por los faroles y mirar a los ojos en el momento preciso. Por eso no está claro quién juega con quien. ¿Quién arrastra a quien?
Quizás lo único que verdaderamente importa es que un día llegaste tarde y a partir de entonces la historia se giró. Ahora, cada día se despliega una oportunidad y en cada hora caben cientos, miles de posibilidades de volver a encontrarme con tu sonrisa por un pasillo deslucido. Pero también de maldecir a mi aciago destino, porque he cruzado la puerta cinco segundos después que tú te fueras. No puedo controlar la vida que nos acecha tras cada esquina, aunque quisiera atraparla y secuestrarla contigo dentro. No me queda más que esperar, encomendarme a los dioses, a mi ingenio y a la discreta complacencia con que has prometido raptarme de esta vil realidad que nos circunda una tarde, espero, no muy lejana. ¿Cuántas emboscadas por urdir?
Por el momento, tengo un recuerdo. La silenciosa atención con que bebías mis palabras una mañana de marzo, mientras la lluvia rasgaba las ventanas. Paciencia. El universo conspira sin que nosotros lo sepamos. ¿Dónde volveremos a encontrarnos?
[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]
domingo, 8 de marzo de 2009
estupidez
Imagino mil casualidades en mi cabeza. Ya he revivido cada instante, cada detalle, cada palabra de ese encuentro. He pensado tantas veces qué hacer cuando me cruce contigo, que ya me parece haberlo vivido en la realidad. Pero nada de esto sirve.
Cuando por fín te veo, ahí, de improviso, no sé que hacer, estoy absolutamente paralizada. Pánico. Desearía que me tragara la tierra y desaparecer. Poder volverme invisible y que no me veas.
Soy estúpida, con lo fácil que es todo, yo sola lo vuelvo complicado.
sábado, 7 de marzo de 2009
una pequeña venganza de la realidad
Tal vez ahora la facultad no te parezca un edificio tan gris. Con sus muros de hormigón, sus barandillas amarillas y sus entreplantas. El edificio más complicado, un pequeño laberinto donde perderse, donde encontrarse últimamente. Ahora ves también los colores que esconde. Se ha convertido en tu campo de batalla, en tu tablero de juegos. Eres la reina que trata de derrocar al adversario, de expulsarlo de la casilla donde descansa plácidamente. Hay un mínimo destello en tu vida: un objetivo que cumplir. Y esa meta, ahora, es encontrarte con él. La primera vez chocasteis en las escaleras, y apenas os mirasteis. Luego os cruzasteis en la puerta de la cafetería, os volvisteis a ver entre los estantes de la biblioteca, o en los pasillos que bajan a las salas de video. Ahora, creas casualidades para él, apareces leyendo en una mesa cercana a su despacho, te cruzas con él en secretaría, pasas por delante del aula donde da clase o coincidís en una película en el salón de actos. Todo el edificio es ahora un mapa abstracto de tus planes. Vas dejando pistas que le guíen hacía ti. Has decidido apostar a ganar. Esta va a ser tu venganza de la realidad. Tú eres el premio. Hoy estás radiante. Rouge #58 Audace de Chanel. Para él. Porque la suerte sonríe a los audaces. Y hoy, la suerte, tiene labios de carmín.
[*una historia escrita a cuatro manos: ALieNa & ZiRTäeB]
miércoles, 4 de marzo de 2009
martes, 3 de marzo de 2009
ciclotimia
Sin embargo, hay días, que te levantas con el pie izquierdo. No has pegado ojo y el sonido del despertador te martillea la cabeza. No puedes pensar. Te levantas como un autómata, se acaba el agua caliente y se queman las tostadas. No encuentras las llaves, y cuando por fin sales a la calle, llueve y el autobús que debes coger acaba de doblar la esquina. Todo el mundo te molesta, desearías ser el único habitante del planeta y lo ves todo negro.
Unos y otros días se entremezclan sin sentido, como ingredientes agitados al azar en una coctelera que vomita su contenido sin previo aviso. Una montaña rusa emocional. Un carrusel diabólico que da vueltas sin parar, que no deja de girar. Del que no puedes bajar.
domingo, 1 de marzo de 2009
las reglas del juego
martes, 24 de febrero de 2009
algodón de azúcar
Hacía años que no lo probaba, cuando de repente aparece el postre: fresas y helado de mascarpone cubierto de algodón de azúcar.
Al deshacerlo en mi boca, en un instante, me trae recuerdos de cuando era pequeña. Las noches de feria, el final del verano, el suelo de arena cubierto de papeletas de la tómbola, el olor dulzón del aire y el sonido intermitente de las atracciones.
Nada que ver con ahora, en la penumbra de este restaurante, adormecida por el suave vino rosado de la cena, tú enfrente mío, me observas desde el otro lado de la mesa, me acaricias con tu mirada, deseando que nos vayamos a casa. Entonces yo, te hago esperar un poco más, mientras me chupo despacio los dedos pegajosos de azúcar.
Al deshacerlo en mi boca, en un instante, me trae recuerdos de cuando era pequeña. Las noches de feria, el final del verano, el suelo de arena cubierto de papeletas de la tómbola, el olor dulzón del aire y el sonido intermitente de las atracciones.
Nada que ver con ahora, en la penumbra de este restaurante, adormecida por el suave vino rosado de la cena, tú enfrente mío, me observas desde el otro lado de la mesa, me acaricias con tu mirada, deseando que nos vayamos a casa. Entonces yo, te hago esperar un poco más, mientras me chupo despacio los dedos pegajosos de azúcar.
lunes, 23 de febrero de 2009
vértigo
sábado, 21 de febrero de 2009
luna
Doblo la esquina, envuelta en mi bufanda, tiritando de frío.
Y de repente, todo huele a algodón de azúcar y caramelo.
Porque cuando tú me dices luna, yo pienso licantropía.
No lo puedo evitar, aún a sabiendas que no es la respuesta.
Aún sabiendo que no es eso lo que quieres oir.
No mires hoy al cielo buscando dibujos en las nubes.
Ni te imagines de qué hablan los extraños que te rodean.
Hoy, cuando vuelvas la vista atrás, no encontrarás nada.
Solo oscuridad. Solo la luna llena, de nuevo.
viernes, 20 de febrero de 2009
miércoles, 18 de febrero de 2009
miedo
Miedo de que me dejes, miedo de que desaparezcas, miedo de perderte, miedo de que nunca hayas estado aquí.
domingo, 15 de febrero de 2009
Chamberí
Chamberí es uno de ellos.
Por un lado, la plaza, en el centro de Madrid, pero tan extraña, es como entrar en una burbuja de tranquilidad, donde por un instante se olvida el tráfico, las prisas, el agobio de la gran ciudad. Y solo quedan los árboles, el silencio, los bancos donde sentarse a leer al sol y el templete. Con solo cerrar los ojos te puedes imaginar a la orquesta tocando dentro, transportada a otra época, a un Madrid decimonónico, ves a los transeúntes de otro siglo, ataviados con sus trajes largos y sus bombines, arrullados por la música y por el sonido incesante de los tranvías.
Por otro lado, la estación de metro fantasma, ahora convertida en museo, pero que hasta hace muy poco solo era una estación vacía, que apenas se vislumbraba al pasar dentro de los vagones, con la cara pegada al cristal, para ver, entre el reflejo de las luces de dentro, el andén desierto, con sus carteles de propaganda antigua y sus azulejos desvencijados. Era fácil imaginar, que al pasar velozmente el tren, un viajero se asomaba al andén y te miraba fijamente desde un lugar inexacto, donde esperaría durante toda la eternidad, a un metro que ya no pararía nunca más allí.
Pero esto son solo imaginaciones sobre una ciudad. Tal vez atravieses cada día la plaza mirando al suelo, sin vislumbrar nada de esto, tal vez vayas demasiado pendiente de tus propios pensamientos para ver nada más allá, apresurándote a cruzar antes de que el semáforo se ponga rojo.
sábado, 14 de febrero de 2009
muñecas de porcelana
Siempre me dieron miedo las muñecas de porcelana, con su redonda y blanquísima cara y sus ojos de cristal con largas pestañas. Con su pelo de nylon, sus pequeñas manos y sus vestidos antiguos. Te miran fijamente desde la estantería y por las noches sus ojos vidriosos reflejan la luz que se cuela por la persiana, dándoles un aspecto siniestro. Cada vez que la miro, en las noches de insomnio, creo que va a mover uno de sus bracitos articulados, que su boquita de piñón se va a abrir y a emitir algún sonido. Incluso, que me va a sonreir de forma diabólica desde allí, como si supieran algún secreto que yo no sé. Además, mi muñeca tiene entre sus manos un pequeño corazón de porcelana roja hecho añicos. Es la muñeca perfecta para regalar un día como hoy.
viernes, 13 de febrero de 2009
descuidos
jueves, 12 de febrero de 2009
dos palabras, ocho letras
miércoles, 11 de febrero de 2009
naufragio
Desde el primer momento en que te ví en sueños, me dí cuenta de que podría naufragar en el profundo azul de tus ojos. Entonces, supe también, que aunque jugaras conmigo, aunque te gustaran mis palabras, y aunque me desees buenas noches cada día, nunca me querrás lo suficiente como para rescatarme del naufragio.
domingo, 8 de febrero de 2009
nubes de golosina
Si te quedaste sin voz, sin palabras, lo mejor es calentar leche con nubes de golosina, hasta que se derritan, y beberlo inmediatamente.
Es solo azúcar, piensas, pero funciona. O eso dicen.
Lo mejor es hacer el ritual al meterte en la cama, arropada con mil mantas, y esperando un beso de buenas noches. Mientras te haces la dormida y escuchas ese cuento de sus labios.
Si no te sirve de placebo, al menos, te endulzará el carácter.
sábado, 7 de febrero de 2009
tiempo
Ella no sabía quien había hablado, de dónde salía aquella voz, pero de pronto le vio acercarse. Era un tipo bien vestido, pero descuidado, una especie de mendigo elegante, sin duda un trastornado.
- El tiempo no se puede comprar – se apresuró a contestar ella. Estaba perpleja, no podía decir con seguridad si aquel individuo le parecía cuerdo o loco.
- Todo se vende y todo se compra en esta vida, niña – siguió diciendo él mientras se alejaba – y lo que más miedo te da perder, eso te es robado.
Tal vez solo eran palabras sin sentido, pensó en silencio. Pero ahora no podía evitar darle vueltas...
viernes, 6 de febrero de 2009
viajes en metro
soledad
martes, 3 de febrero de 2009
tacones
Escoges unos bonitos zapatos, te los pones despacio, y echas a andar. Es entonces cuando te sientes poderosa, subida sobre tus tacones de vértigo. Zapatos rojos de tacón de aguja para conquistar el mundo, para que tiemble el suelo bajo tus pies.
Esos pies que él imagina de forma enfermiza, ese oscuro objeto de deseo, tus pies descalzos caminando por la arena, tus pequeños pies envueltos en frías sábanas de seda, tus pies entre sus manos, observados ávidamente por sus ojos, acariciados suavemente por sus dedos, obsesivamente besados por sus labios…
Tus pequeños pies con las lunas perfectas de sus uñas ocultas bajo esmalte black cherries. Tus pies escondidos dentro de unos bonitos zapatos.
A la espera. Impacientes porque él los descubra.
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